Se trata de intervenciones que combinan dos o más de las siguientes estrategias, conocidas en inglés como las "cinco A": Preguntar (Ask) — Sistemáticamente identificar los pacientes tabaquistas en cada visita.
Existen varios métodos que permiten al fumador ver el impacto de su uso del tabaco y los efectos inmediatos de dejar de hacerlo. El uso de métodos de feedback bioquímico puede ayudar en la identificación y evaluación de los tabaquistas.
Aconsejar (Advise) — Sugerir fuertemente a los tabaquistas sobre dejar el hábito. Evaluar (Assess) — Determinar la voluntad para realizar un intento de cesación.
Otros factores de riesgo incluyen: Tabaquismo: el riesgo estimado de hemorragia subaracnoidea es aproximadamente 3 a 10 veces mayor en tabaquistas que en no tabaquistas.
Los riesgos de una trombosis venosa profunda se incrementan con la edad y el tabaquismo, motivo por el cual muchos médicos recomiendan utilizar otras variantes más seguras de estrógeno en pacientes tabaquistas y/o mayores de 40.