La castidad es en algunos una virtud, pero en muchos es casi un vicio. Éstos sin duda se contienen: mas la perra Sensualidad mira con envidia desde todo lo que hacen.
Pero verdaderamente que así como algunas veces aun a las más viles y prostituidas mujercillas les pesa, se cansan y avergüenzan de la canalla que con sus deshonestidades han traído tras sí, de la misma manera el alma que ha dado en ser obscena y se ha sometido al apetito de los espíritus inmundos, cuando al principio gustó más de sensualidad, tanto más en repetidas ocasiones se arrepintió de haber multiplicado dioses para rendírseles, y ser profanada de ellos; porque hasta el mismo Varrón, corrido y avergonzado de la multitud de los dioses, quiere que la tierra, o Tellus, no sea más que una diosa.
Dirán: porque teme ser manchado con ajena torpeza; pero siendo, como es, la honestidad una virtud del alma, y teniendo, como tiene, por compañera la fortaleza, con la cual puede resolver el padecer ante cualesquiera aflicciones que consentir en un solo pecado, y no estando, como no está, en la mano y facultad del hombre más magnánimo y honesto lo que puede suceder de su cuerpo, sino sólo el consentir con la voluntad o disentir, ¿quién habrá que tenga entendimiento sano que juzgue que pierde su honestidad, si acaso en su cautivo y violentado cuerpo se saciase la sensualidad ajena?
Cuatro famosas alcahuetas para las mujeres y otros tantos alcahuetes para los hombres se dedicaban por entero a encontrar, en la capital y en las provincias, todo lo que de un modo o de otro podía satisfacer su sensualidad.
Este amor sin desenfreno era para él algo nuevo, y sacándole de sus costumbres fáciles, halagaba a la vez su orgullo y su sensualidad.
La sensualidad queda al descubierto, con una minifalda y un largo abrigo; en cada paso que adelantas, haces insinuante tu camino.
En el Egipto, pudo ejercitar tiranía sobre el hombre; en la India fue un apéndice que debía desaparecer con el dueño; en la China, víctima de la
sensualidad y los celos masculinos, tuvo y tiene una triste suerte; en Grecia se le consideró, con algunas excepciones, como un objeto; entre los Hobas, los Beduinos y otras tribus, ha gozado de relativa libertad y de muy simpáticos fueros.
Práxedis G. Guerrero
Especialmente, un representante menos joven de lo que parecía, faz picaresca y rasurada de estudiante de la tuna, ojos gastados y curiosos, embebidos de
sensualidad y desilusión, indicó a sus compañeros.
Emilia Pardo Bazán
Yo no quiero esconder mis sentimientos, por eso he de decirte que el amor está muy cerca de ser la explicación de la decadencia de todos tus semejantes, porque con la sensualidad estimulada de mil maneras, y con el dinero procurado o buscado de otras mil, para conquistar el placer, ya no vais dejando en vuestra deleznable máquina corporal sitio alguno para nosotros, para los espíritus que os iluminamos, os inspiramos las grandes acciones, y, recuérdalo bien, que os da el título de hombres y el señorío de la creación.
La Religion, la moral y el arte condenan los estravíos del ingenio, que, lejos de elevar las almas á la region de la belleza infinita, las envilecen y prostituyen con las seducciones de la sensualidad, que hunde los pueblos en el abismo del libertinaje.
Faltaba jugo medular a toda la osamenta; los excesos, la vida desarreglada, habían secado aquel organismo, convirtiéndolo en yesca, pero dejando intacta la bravía voluntad, las pasiones nunca domadas, la cólera, la
sensualidad, la gula, como para demostrar que lo malo es lo que no muere...
Emilia Pardo Bazán
Fernando, para quien todo atisbo de placer era una luz serena, no fue de los menos atrevidos en aproximación; pero como lo hacía sin jactancia, con el mismo natural impulso del que, acometido por repentina sed, se llega a una fuente para refrescarse el paladar, la muchacha hallose oprimida sin darse cuenta de ello, tan gradual e insensiblemente, que no había un segundo en el cual pudiera decir a su desenfadado conductor: «Ahora es cuando se acerca usted un poco más de lo debido.» Y la avisada rubia le dejaba incrustarse, no por torpe deleite, que lejos de su naturaleza instintivamente delicada estaba siempre toda vulgar sensualidad...