Y ¿qué la importan los sones del salterio sacrosanto, si las lindas tentaciones de otro dios y otras canciones se la acuerdan entretanto?
Este fue él que inventó el salterio y la cítara...
Salmos 81 1 CANTAD á Dios, fortaleza nuestra: Al Dios de Jacob celebrad con júbilo. 2 Tomad la canción, y tañed el adufe, El arpa deliciosa con el salterio.
Salmos 33 1 ALEGRAOS, justos, en Jehová: A los rectos es hermosa la alabanza. 2 Celebrad á Jehová con arpa: Cantadle con salterio y decacordio.
A la matrona romana Leta propone sobre la educación de su hija, entre otros consejos, los siguientes: «Tómale de memoria cada día el trozo señalado de las Escrituras...; que prefiera los libros divinos a las alhajas y sedas... Aprenda lo primero el Salterio, gócese con estos cánticos e instrúyase para la vida en los Proverbios de Salomón.
5 De allí vendrás al collado de Dios donde está la guarnición de los Filisteos; y cuando entrares allá en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden del alto, y delante de ellos salterio, y adufe, y flauta, y arpa, y ellos profetizando: 6 Y el espíritu de Jehová te arrebatará, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.
Aquella que le dijo el Padre eterno que después del Silencio hallar precisa, pensó que yendo al reino del Averno la hallara entre la gente sin sonrisa; y en cambio la halla en este nuevo infierno (¿quién lo pensara?) entre salterio y misa.
Los altos vuelos de la mente humana, las risueñas promesas de mañana, las victorias de ayer, todo concurre a enaltecer su imperio, y el címbalo, y el arpa, y el salterio celebran su poder.
Soñaba con un príncipe admirado como nunca mujer lo ha especulado y ansiosa de ser tomada en serio se hacía la virtuosa del
salterio.
Antonio Domínguez Hidalgo
¿Por qué en el templo por la noche vela el sacerdote sobre el libro santo y descifrarle anhela, y estremecido, a par de su salterio, modula en dulce, incomprensible canto, palabras de esperanza y de misterio?
10 Tú, oh rey, pusiste ley que todo hombre en oyendo el son de la bocina, del pífano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, se postrase y adorase la estatua de oro: 11 Y el que no se postrase y adorase, fuese echado dentro de un horno de fuego ardiendo.
15 Ahora pues, ¿estáis prestos para que en oyendo el son de la bocina, del pífano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, os postréis, y adoréis la estatua que he hecho?