En este espacio también existen auténticos oasis en torno a floramientos de agua, casi siempre salinos, y establecen densas formaciones de vegetación halófila en los que carrizos y tarajes disputan el substracto frente a plantas barrilleras, salsoláceas y chenopodiáceas, dominando unos u otros en función de los gradientes de humedad y salinidad del suelo.