Unos balazos estremecieron el ambiente y corrió el grito de ahí vienen los pronunciados. Hombres y mujeres salieron huyendo del gran salón de baile, pero muchos cayeron heridos.
Aquel tiempo era suyo; bien ganado lo tenía. ¿Por qué no ir al
salón de baile, a matar un rato? Quedó convenido para el domingo próximo.
Emilia Pardo Bazán
Otro escritor, pintando la arrogancia de Bolívar y su propensión a humillar a los que lo rodeaban, dice que una noche entró el Libertador, acompañado de Monteagudo, en un
salón de baile, y que, al quitarse el sombrero, lo pasó para que éste se lo recibiera.
Ricardo Palma
Una noche, con todo ese tesoro de belleza, de dicha y de candor, sin contar un elegantísimo vestido de muselina blanca; sembrada de jazmines la negra cabellera, y prendido al pecho un ramilletito de violetas, Delfina hacía su primera entrada al mundo en un resplandeciente salón de baile.
El joven se levantó; pasó un pañuelo por su frente pálida y cubierta de un sudor frío, y, tambaleándose, se dirigió al
salón de baile.
Emilia Pardo Bazán
Las grandes habitaciones abovedadas habían sido abiertas para la recepción de los numerosos invitados, y el alborozo de la tarde apenas había comenzado cuando el reloj de la torre comenzó sus repiques con solemnidad inusual, e inmediatamente un forastero alto, vestido con un traje negro, hizo su aparición en el
salón de baile.
William Harrison Ainsworth
No había más que personas de edad en el salón, y todas sentadas, mirándonos pasar. Era, sin embargo, un
salón de baile. Y decían de nosotros: La meningitis y Su Sombra.
Horacio Quiroga
Encontró en el
salón de baile a una señora a la que quiere conquistar, y bailando con ella, la apretó tanto contra él, que una de las veces no pudo ella reprimir un grito.
Sigmund Freud
Me desperté, y volví a soñar: el tal
salón de baile estaba frecuentado por los muertos diarios de una epidemia. El traje blanco de María Elvira era un sudario, y yo era la misma sombra de antes, pero tenía ahora por cabeza un termómetro.
Horacio Quiroga
Una vieja araña de hierro forjado llameaba alta y clara suspendida en la bóveda, iluminando las losas polvorientas, algunas de las cuales, ennegrecidas por las inscripciones, cubrían quizá tumbas; al fondo, en el lugar donde ciertamente debía reinar el altar, se encontraban a media altura en el muro pesebres y comederos, y en los rincones había apilados arreos y ronzales olvidados: el salón de baile era una cuadra.
De este último conjunto, sólo se conservan el Salón de Reinos y el Salón de Baile (conocido como Casón del Buen Retiro), así como parte de sus jardines, que conforman el actual Parque del Retiro.
Fiorilla estará allí, enmascarada, para encontrarse con Selim. Un salón de baile con enmascarados y bailarines Fiorilla confunde a Narciso con Selim y Narciso la deja quedar engañada.