Cuando Dios enciende en un alma el fuego
sagrado del genio, no es para que esa alma se consuma en la soledad, sino para que cumpla su misión sublime de iluminar el alma de los demás hombres.
Pedro Antonio de Alarcón
Dicho esto, que no es fórmula oratoria de cortesía, sino expresión del antiguo y alegado afecto que le profesa mi alma, tengo que cumplir con usted otro deber sagrado...
El camión que va para Acapulco, sale dentro de una hora. ¡Corre, si no, no llegamos! ¡No! ¡No debemos hacerlo este día! Es
sagrado. ¡Sí! Si no es hoy desfallezco. ¡No!
Antonio Domínguez Hidalgo
El mismo sagrado compromiso hubiera contraído en cada una de las regiones de la Patria española, una e indivisible, según ofrecí a Cataluña, Aragón y Valencia, si materialmente me hubiera sido posible.
71 Si a alguien, en ley buena, de sus sobacos le fue molesto su sagrado hirco, o si a alguien con mérito la tarda gota saja, el émulo este tuyo, el que vuestro amor ejerce, milagrosamente, de ti, ha hallado uno y otro mal, pues cuantas veces folla, tantas veces reciben castigo ambos: a ella la azota con su olor, él mismo perece de gota.
Cuando una disputa o querella se suscita entre los Inmortales, por si alguno de los que habitan las mansiones olímpicas falta a la verdad, Zeus encarga a Iris que traiga de lejos el gran juramento de los dioses en un recipiente de oro, el agua helada de mucho renombre que fluye de un alto y escarpado peñasco. En abundancia bajo la anchurosa tierra mana del río sagrado por la negra noche, brazo de Océano.
55 Nos te rogamos, si por ventura no molesto te es, nos muestres dónde están tus tinieblas. A ti en el Campo menor te buscamos, a ti en el Circo, a ti en todos los libelos, a ti en el templo sagrado del supremo Júpiter.
A su vez, con Ares, perforador de escudos, Citerea concibió a los temibles Miedo y Terror, que ponen en confusión las compactas falanges de varones en la guerra sangrienta junto con Ares destructor de ciudades; y también a Harmonía, a quien el muy esforzado Cadmo hizo su esposa. También con Zeus la Atlántide Maya parió al ilustre Hermes, heraldo de los Inmortales, subiendo a su sagrado lecho.
Todos...sobre todos...bajo todos...entre todos... Era... LA DOLCE VITA Jueves Santo, día
sagrado, visita de las siete casas. Congoja.
Antonio Domínguez Hidalgo
Sí, señores; lo único que nubla mi espíritu es el recuerdo de los que han caído víctimas de tan sagrado deber y para los que pido la gratitud argentina, aunque comprendiendo que algún sacrificio era indispensable para reparar tan deplorable situación.
El Obispo me interrumpió: —Marqués, no comencemos las burlas. ¡El Rey también es sagrado! Yo me llevé la diestra al corazón, indicando que aun cuando quisiera olvidarlo no podría, pues estaba allí su altar.
María Antonieta era una enferma de aquel mal que los antiguos llamaban mal sagrado, y como tenía alma de santa y sangre de cortesana, algunas veces en invierno, renegaba del amor: La pobre pertenecía a esa raza de mujeres admirables, que cuando llegan a viejas edifican con el recogimiento de su vida y con la vaga leyenda de los antiguos pecados.