Decirles que deben darse a la lectura, al pensamiento; que no basta saber bordar y coser; que el piano, el canto, el baile, el dibujo, los idiomas no constituyen sino un preliminar a una educación completa; que sus destinos son más altos y dignos en la sociedad, es predicar en las montañas, pero no como Aquél que hace cerca de dos mil años predicó en un monte, y hasta ahora
retumban sus palabras por toda la tierra.
Juan Bautista Alberdi
Rumor de voces siento, Y al aire miro deslumbrar espadas, Y desplegar banderas; Y
retumban al son las escarpadas Rocas del Pirineo; Y retiemblan los muros De la opulenta Cádiz, y el deseo Crece en los pechos de vencer lidiando, Brilla en los rostros el marcial contento, Y donde quiera el generoso acento Se alza de patria y libertad tronando.
José de Espronceda
Como hinchadas olas que en roca desnuda se estrellan sonantes, y luego reculan con ronco murmullo, y otra vez insultan al risco, lanzando bramadora espuma; así van y vienen, y silban y zumban, y gritan que aturden; el cielo se nubla; el aire se llena de sombras que asustan; el viento retiñe; los montes retumban.
Suena a lo lejos el órgano, y vienen a confundirse con sus cláusulas del viento las ráfagas invisibles que de las torres perdidas en los calados sutiles murmuran, silban o zumban, chillan, retumban o gimen.
— se debe callar o hablar en grande: ¡habla en grande, mi extasiada sabiduría! Hacia arriba veo — mares de luz retumban allá: — ¡oh, noche!
¿Ves a lo lejos aquellas montañas que se elevan hasta tocar al cielo? WALTHER.––¡Los ventisqueros que retumban de noche como el trueno!...
Sin que pudieran valerse, la multitud de ellos ase, de maldiciones e injurias y de improperios llenándoles, El crimen lamentan unos, claman otros por vengarle, y por doquiera retumban rezos, juramentos, ayes.
No hay ya opuestos intereses, no hay ya clases encontradas, no hay ya distintos deseos, no hay ya opiniones contrarias, ni más pasión que la ira, ni más amor que la patria, ni más anhelo que guerra, ni más grito que «¡Venganza!» Palacios, talleres, templos, conventos, humildes casas, academias, tribunales, lonjas, oficinas, aulas, tórnanse en cuartel inmenso, donde solo crujen armas, solo
retumban tambores, solo se alistan escuadras.
Ángel de Saavedra
Queda la palabra, las pobres palabras manoseadas por todos los siglos, prostituidas a todos los usos, las palabras apagadas y marchitas, las que cualquiera comprende y no son de nadie. Sirven para las almas parches, que porque retumban se figuran que existen.
¡Diverge un fauno invernal el símbolo de sus cuernos, y con sulfuros internos riela el charco de disturbio, como un tragaluz del turbio sótano de los Avernos! En el Coro de la Noche cárdena del otro mundo,
retumban su “De Profundo” los monjes de media noche...
Julio Herrera y Reissig
A cierta distancia del rancho, en medio de los confusos rumores del despertar de la naturaleza, retumban gritos enérgicos, llamadas imperativas, nombres raros, como apodos de esclavos, incesantemente atropellados por un amo gritón y exigente.
Resuena entonces todo el bosque con los aplausos y las fervientes aclamaciones de los que se interesas, ya por unos, ya por otros, y las playas retumban con el vocerío, y los collados, heridos por él, le repiten con sus ecos.