Descubrimos así que la pasión contenida, retenida, tenida, sostenida, opta por manifestarse en fuegos, llamas, incendios, flamas, llamaradas, pues la hoguera donde se atormenta el hablante lírico no se apaga porque no satisface el encuentro deseado; sólo lo incluye; lo persigue, lo sigue, lo resigue, pero siempre a la zaga, sin poseerlo, quizá premeditada y pánicamente para no ser en la decepción del descubrimiento esotérico de una inexistencia.
Se la pasa hora tras hora sonriendo en su tejedora; sólo aquél que la conozca sabe bien que alguna mosca revoloteando curiosa por metiche y por latosa caída en la telaraña será manjar de la araña. Mientras tanto ella prosigue; teje, desteje y resigue sin causarnos más molestias que quitarnos esas bestias.
El sujeto reagradece. Siente un algo de sopor que lo hace vibrar.
Resigue. El ascensor lo conduce hasta el piso donde se encuentra la jefatura de aquella institución pública.
Antonio Domínguez Hidalgo
Esclavizarnos para servir a los extranjeros. Pinches políticos aprovechones.–
Resigue sus comentarios para sí. – Sin embargo, parece recuperar el buen humor al encontrarse con algunos de sus compañeros que hablan de que ahora sí habrá horas extras.
Antonio Domínguez Hidalgo
Los dos pisos del edificio se han subdividido por una primera cornisa a modo de imposta que, interrumpe el curso horizontal de la línea en el punto correspondiente a la entrada, donde resigue la forma de un tímpano.
Quedan, pero, tan sólo unos pocos vestigios en lo alto de la roca más alta: una pared que resigue su perfil superior y parte de una media torre o bestorre a levante.
Las aperturas son aspilleras salvo el gran ventanal del central. Una moldura resigue los tres ábsides entre la vuelta y el muro. En 1798, el abad Josep Gregori de Montero cerró el presbiterio con una balaustrada de mármol blanco y rojo donde se repite la fecha de la obra y el escudo del promotor.
En este punto el terminal gira poco trozo a levante, para seguidamente dirigirse hacia el sudeste subiendo por una carena hacia las Roques d'Eroles, hasta la Roca Cavalls (a 1.270,9 msnm), donde resigue una risquera que forma como un pequeño apéndice, primero hacia el sudeste y después rompiendo casi súbitamente hacia el norte, por encima de la Esplugueta de Roca de Cavalls, y girar al cabo de un poco al noreste.
La tercera y última parte del vídeo retoma la imagen de la mujer desnuda pero en esta ocasión sobre fondo blanco, el cual se convierte en objeto y sujeto de un ejercicio pictórico que, a su vez, resigue la cámara.