Mi madre se quedó en la carretera, y cuando ya partimos, míster Murdstone apareció a su lado. Me pareció que le reprochaba el estar tan conmovida.
73-124 ROCES ENTRE LA REAL AUDIENCIA Y EL VIRREY El Marqués de Montesclaros reprochó, en carta del 21 de Julio de 1609, al Presidente de la Real Audiencia de Quito por el despacho de una provisión al Corregidor de Loja contra lo dispuesto por él en materia de repartimientos de los indios de las minas de Zaruma y, asimismo, por el estorbo que ponía al Corregidor de esa ciudad, mandándole no ejecutase el repartimiento que hizo el mismo Virrey, pretendiendo tocarle, por cédulas que presentó, la disposición de semejante caso. Juntamente le reprochaba haber dado licencia a Juan Daza, Tesorero de Loja, para que se ausentara de su oficio (1).
Descendí por el sendero tan rápido como pude, con la irresistible sensación de que algo marchaba mal; me reprochaba haber dejado a aquel hombre allí, sin nadie que vigilara o corrigiese lo que hacía, ante el peligro de un desenlace fatal.
Pero la arena del adormecimiento pesaba en mis ojos, y al ver que mi lucha era inútil dejaba caer mis brazos y, exhausto y sin aliento, dejaba que la corriente me arrastrase hacia la pérfida orilla. Serapion me exhortaba de forma vehemente y me reprochaba con dureza mi debilidad y mi falta de fervor.
Sabía que era egoísmo y que era una cosa indigna pensar en mis propias desgracias, y me lo reprochaba amargamente; pero quería demasiado a Dora para que pudiera ser de otro modo.
Pero lo que no sabré describir es cómo en los pliegues ocultos de mi corazón sentía una secreta envidia de la muerte; cómo le reprochaba el dejarme en segundo plano en los pensamientos de Dora; cómo el humor injusto y tiránico que me poseía me hacía celoso hasta de su pena; cómo sufría al pensar que otros la podrían consolar, que lloraría lejos de mí; en fin, cómo estaba dominado por un deseo avaro y egoísta de separarla del mundo entero en mi provecho, para ser yo solo todo para ella, en aquel momento tan mal escogido para no pensar más que en mí.
Me esforzaba en poner a su hija ante sus ojos; le reprochaba el no tener bastante firmeza para evitarle el que se enterase de semejante escena.
Cuando pensaba en aquellos castillos en el aire, en aquellos sueños de mi juventud, que no podían realizarse, reprochaba a la edad madura ser menos rica en felicidad que la adolescencia, y entonces aquellos días de felicidad al lado de Agnes, en su vieja casa, se levantaban ante mí como espectros del tiempo pasado, que podrían resucitar quizá en otro mundo, pero que yo no podía esperar revivir aquí abajo.
Si sus hermanos le pedían prestado algo de dinero, les reprochaba sus dispendios o su falta de previsión: -¿Ya ves como sí tengo razón cuando les digo que ahorren?
Ella no reprochaba a éstos, como los legitimistas a los suyos, el haber desertado de un principio, sino, por el contrario, el aferrarse a principios ya superfluos.
Más adelante estudia y desestima las impugnaciones que, a través de la invocación de los artículos 129 y 130 de la Ley de Procedimiento Administrativo -LPA- de 1958, denunciaban vicios en el proceso de elaboración de la Orden recurrida; y lo mismo hace con la impugnación que le reprochaba su oposición a lo establecido en una disposición administrativa de rango superior, representada por el Decreto de 4 de abril de 1989 del Consell de la Generalidad Valenciana.
Doquier su incertidumbre y su impericia, el orden de las cosas reprochaba; la virtud presa, impune la malicia, doquier de sus creencias recelaba; mal segura y torcida la justicia, de la justicia celestial dudaba, y de los males del viciado suelo, culpa argüía en el dormido cielo.