24 El que dijere al malo, Justo eres, Los pueblos lo maldecirán, y le detestarán las naciones: 25 Mas los que lo reprenden, serán agradables, Y sobre ellos vendrá bendición de bien.
CAPITULO XII Que descubierta la vanidad de los dioses de los gentiles, es, sin duda, que no pueden ellos dar a ninguno la vida eterna, pues que no ayudan tampoco para esta vida temporal Mas ahora acerca de estas tres teologías que los griegos llaman mítica, física y política, y en idioma latino pueden llamarse fabulosa, natural y civil, de ésta hemos demostrado que no se debe esperar la vida eterna; tampoco de la fabulosa, a la cual, aún los mismos que adoran muchos y falsos dioses, con bastante libertad reprenden...
Ni deben ser oídos los que en el fuego alaban la luz y reprenden el calor, porque le estiman, no por su naturaleza, sino conforme a su bienestar o incomodidad.
Y realmente, las páginas de la divina sabiduría reprenden gravemente la necedad de aquellos hombres «que de los bienes que se ven no supieron conocer al que es, ni considerando las obras reconocieron quien fuese su artífice» (Sap 13,1).
Estas preocupaciones, sin duda, cuando se reprenden como supersticiosas, la misma culpa comprende a los antepasados, que establecieron y adoraron semejantes estatuas, que a él mismo, que por más que procurar con el sacrificio de su elocuencia desenvolverse y librarse de ella, con todo, le era necesario tributarles culto, por no exponerse a los rigores de un pueblo iluso; ni tampoco lo que dice aquí Cicerón y defiende con tanta energía se atreviera a mentarlo, perorando delante del pueblo.
Pues de ordinario se les disimula, sin enseñarlos ni advertirlos de su fatal estado, y, a veces ni se les increpa ni corrige, ya sea porque nos molesta esa fatiga tan interesante al bien de las almas, ya porque nos causa pudor ofenderles cara a cara, reprendiéndoles sus demasías, ya porque deseamos excusar enemistades que acaso nos impidan y, perjudiquen en nuestros intereses temporales o en los que pretende nuestra ambición o en los que teme perder nuestra flaqueza; de, modo que, aunque a los justos ofenda y desagrade la vida de los pecadores, y por este motivo no incurran al fin en el terrible anatema que a los malos les está prevenido en el estado futuro, con todo, porque perdonan y no reprenden los pecados graves de los impíos...
Bien entendemos lo que pretende; conocen que la teología teatral y fabulosa depende de la civil, y que de los versos de los poetas, como de un espejo cristalino, resulta su retrato; y por eso, cuando hablan de ésta que no se atreven a condenar, con más libertad arguyen y reprenden aquélla, que es su imagen, para que los que advierten sus deseos abominen también el mismo original de ésta, cuyo dechado e imagen es aquélla, la cual, con todo, los mismos dioses, viéndose en ella como en un espejo, la aman; de modo que se descubre y echa de ver mejor en ambos lo que ellos son, y que tales son; y así también, con terribles amenazas, forzaron a los que los adoraban a que les dedicasen las impurezas.
Y con todo ello, se llama Teología fabulosa, la cual, con todas estas sus interpretaciones, reprenden...
Si lo entienden de lo primero (que es, en mi sentir, su verdadero sentido, pues vemos que, con efecto, no se permite en la Iglesia que las mujeres lean públicamente ni prediquen), ¿por qué reprenden a las que privadamente estudian?
En este sueño las personas extrañas no muestran ninguna sorpresa por la desnudez o por la vestimenta inadecuada (camisón de dormir, por ejemplo) sino que se muestran indiferentes, ni se burlan, ni se enojan, ni lo reprenden.
Pere y Laia reprenden su relación, aunque sus caracteres y la presión en sus respectivos trabajos serán una fuente de conflictos.
Antes de que Rajamma exprese su punto de vista, los jueces la reprenden por avergonzar "tu casa, tu familia, tu pueblo" viviendo con otro hombre.