Reniego de cuentas con parientes y deudos ausentes. Reprender a viejos y espulgar vellón, dos necedades son. Reprende vicios ajenos quien está lleno de ellos.
No es ya que la perfidia no reprende Grifón de aquella inicua más que bella; ni que venganza contra aquel no emprende del que adulterio cometió con ella, sino que grande la victoria entiende de que ella no prosiga la querella; y como su cuñado verdadero celebra y agasaja al caballero.
Sin embargo, vemos, que algunas mugeres tienen este heroísmo, y como sino se conociera aún todo el mérito, que consiguen las pocas, que esto hacen, se reconviene, y se reprende el sexo en general por su ignorancia; como si esto fuera defecto suyo, y no más presto defecto de la educación y circunstancia en que se halla.
¡Paz en el cielo y gloria en lo más alto de los cielos!" 39. Algunos fariseos que se encontraban entre la gente dijeron a Jesús: "Maestro,
reprende a tus discípulos." 40.
La Biblia (Nuevo Testamento)
Y así, en el libro que escribió contra las supersticiones, más abundantemente y con mayor vehemencia reprende esta teología civil y urbana que Varrón la teatral y fabulosa; pues tratando de las estatuas: «dedican -dice- a los dioses sagrados, inmortales e inviolables en materia vilísima e inmóvil, vistiéndolos de formas propias de hombres, fieras y peces, y a algunos los hacen de ambos sexos y de diferentes cuerpos, llamándolos dioses, los cuales, si tomaran espíritu y vida y de improviso los encontraran, los tuvieran por monstruos».
A sí propios se despedazaron en los templos, y bañados en su propia sangre y mortales heridas, imploraron el favor de sus mentidas deidades; si alguno tiene lugar de ver lo que hacen y lo que padecen, advertirá acciones tan indecentes e impropias de los honestos, tan indignas de los libertinos, tan desemejantes y contrarias a las de los cuerdos y sensatos, que no dudaría decir que están dementes y furiosos si fueran menos en número; pero ahora la numerosa multitud de fanáticos sirve para que los tengan por juiciosos.» Pues lo que insinúa que pasa en el mismo Capitolio, y lo que, sin miedo alguno, reprende severamente, ¿quién creerá que lo ejecutan, sino personas que escarnecen de ello o que están furiosas?
CAPITULO XI Lo que sintió Séneca de los judíos Séneca, entre otras supersticiones relativas a la teología civil, reprende igualmente los ritos de los judíos...
Tampoco reprende, finalmente, a los que procuran que los Estados vivan de acuerdo con su propia legislación y que los ciudadanos gocen de medios más amplios para aumentar su bienestar.
Y si jamás permitió que el error se extendiera impunemente, no puso menor celo en condenar, con su enérgico modo de hablar, la corrupción de costumbres, deseando, en la medida de sus fuerzas, presentar a Cristo una Esposa gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada(125). ¡Cuán duramente reprende a los que profanaban con una vida culpable la dignidad sacerdotal!
Igualmente, apoyándose en el principio de que la ciencia de ningún modo depende de la fe, al disertar acerca de la filosofía, historia y crítica, muestran de mil maneras su desprecio de los maestros católicos, Santos Padres, concilios ecuménicos y Magisterio eclesiástico, sin horrorizarse de seguir las huellas de Lutero(11); y si de ello se les reprende, quejánse de que se les quita la libertad.
El hijo de Luis creía que ya había vendido su coche, ―bueno, ahora sí, dime como nos haces quedar con nuestros amigos, mejor vámonos a vivir a otra parte, de plano así no, sólo falta que no nos puedas pagar el Tec….―, la esposa le reprende por cancelarle las tarjetas de crédito, su hija por negarle dinero para ir a Houston con sus amigas.
Pues las conciencias privadas, o por lo menos algunas de ellas, obran sobre la conciencia colectiva; ésta, a su vez, sobre las autoridades, obligándolas a pactar y someterse a lo ya pactado. Fácil es ahora comprender por qué los modernistas se admiran tanto cuando comprenden que se les reprende o castiga.