A veces aventaba a la cama de sus nietos alguna lechuga o una zanahoria cruda, con el propósito de excitar su apetito creyendo así hacer más refinado su castigo.
Y crimen diario de
refinado, de sibarita, que paladea su dosis de crimen, como paladearía un confite de hatchis, la verde droga oriental que nos arrebata del mundo grosero, idealiza nuestras sensaciones y..., etcétera, etcétera.
Emilia Pardo Bazán
Este edificio se alzaba solo, en medio de una plaza abierta, como si hubiese sido un palacio u otro ejemplo de belleza o excelencia. Pero más aún, de hecho, mediante este refinado escenario, se acentuaba la deprimente sordidez de la mugrienta estructura.
Yo prefiero un diamantito así de grande, dijo mostrándome la punta de la uña rosada, blanca y brillante de uno de los dedos, pero que no tenga mácula, a una tapa de botellón con viso pajizo. Y, sonriéndose por primera vez: ¡usted es un maestro, y qué refinado!
Vuelve a Venezuela y en 1807 está pleiteando por sus haciendas o viviendo en Caracas en un ambiente refinado, muy cerca del gobernador, de quien era gran amigo.
Tal vez hubiese valido más que ni la niña hija del populacho, ni yo, el
refinado intelectual, nos hubiésemos encontrado para perpetuar el sufrimiento.
Emilia Pardo Bazán
-dijo la escoba de crin-. Se diría que habla un ama de casa; hay un no sé que de limpio y
refinado en sus palabras. -Exactamente lo que yo pensaba -asintió el balde, dando un saltito de contento que hizo resonar el suelo.
Hans Christian Andersen
Poco después entró en la estancia Orazio, vestido de raso blanco, con el traje más cumplido de novio, según el refinado lujo de la época.
Él, tan refinado, tan intelectual, tan exquisito, con una percepción finísima de todo lo imperfecto, con tan aguda apreciación de la belleza.
Esta Enciclopedia Judiciaria, monstruo de diez mil cabezas, que hasta ahora ha sido el azote de los pueblos españoles, es el suplicio más refinado que la cólera del cielo ha permitido descargar sobre este desdichado Imperio.
Si ha cesado la chillería del deletreo, es para empeorar: la voz de Toto, atascada por el desarrollo de las glándulas parótidas, se destaca bronca y cerril sobre ese fondo de ruidillos a cual más fastidioso: los golpes y los rayones del lápiz sobre las pizarras, que destemplan los dientes; aquella plancha de la arena que parece pulverizado azúcar refinado...
No podía ver la fachada, debido al toldo, pero, si estaba en correspondencia con el interior, que era incluso más refinado que el almacén que visité el día anterior, debía de ser magnífica.