Otro fenómeno morfológico prevaleciente en el toscano es la pérdida de las desinencias de género y número de los adjetivos posesivos de las tres personas singulares en posición proclítica: mio, mia, miei, mie → mi tuo, tua, tuoi, tue → tu suo, sua, suoi, sue → su El fenómeno es bastante similar a la formación de los adjetivos posesivos en castellano.
El nombre de la villa y de la parroquia, como el de las otras polas asturianas, se le ha atribuido una procedencia latina desde la palabra popula, analógica sobre populus ('pueblo'), con esa evolución rara (pobla pola), tal vez por ir en posición antepuesta, proclítica (Pola de Lena, Pola del Pino, Pola de Somiedo...), en explicación de Ramón Menéndez Pidal.
El cierre postónico provoca que los pronombres átonos posean dobletes cerrados y abiertos según estén en posición proclítica o enclítica: se dice te miru pero miralti (mirarte).
En el origen del nombre de Cantalpino parece inevitable considerar la opinión según la cual los nombres de Cantalapiedra, Cantaracillo, Cantimpalos, Cantespino, Cansoles y similares contienen una forma proclítica can 'campo', como ya señaló Julio González, González, Julio (1974) «La Extremadura castellana al mediar el siglo XIII».
Como ya indicó Julio González, los nombres de Cantaracillo, Cantalapiedra, Cantalpino, Cantiveros, Cantimpalos, Cantespino, Cansoles y similares contienen una forma proclítica can 'campo'.
Contracciones de pronombres personales átonos, dativo más acusativo que se usan, lo mismo en posición enclítica que proclítica: mo, ma, mas, cho, cha, chas, yo, yos, yas:: - Formas verbales.
Sin embargo, ya es antigua también la opinión discordante, según la cual los nombres de Cantalapiedra, Cantaracillo, Cantalpino, Cantiveros, Cantimpalos, Cantespino, Cansoles y similares una forma proclítica can ('campo'), como ya señaló Julio González, González, Julio (1974) «La Extremadura castellana al mediar el siglo XIII».
Es conocida la opinión según la cual los nombres de Cantalapiedra, Cantaracillo, Cantalpino, Cantimpalos, Cansoles y similares se originan a partir de una forma proclítica can 'campo', como ya señaló Julio González, González, Julio (1974) «La Extremadura castellana al mediar el siglo XIII».