No puedo recordar dónde ni cuándo había visto en mi infancia vidrieras pintadas en una iglesia, ni recuerdo los asuntos que representarían.
Iba en el carro de Thespis en forma de cuervo parlanchín, agitando las alas
pintadas de negro; el arpa del cantor de Islandia era pulsada por el rojo pico sonoro del cisne; posada sobre el hombro de Shakespeare, adoptaba la figura del cuervo de Odin y le susurraba al oído: ¡Inmortalidad!
Hans Christian Andersen
Ya hemos dicho que era el suyo uno de los pocos ventorrillos de esta nuestra tierra natal donde la buena fortuna había olvidado un punto su índole veleidosa y tornadiza, y gusto da penetrar en el establecimiento y ver cómo, a los rayos del sol, relucen las pintadas cuarterolas...
Al oír mi nombre aquella mujeruca, no mostró ni arrepentimiento ni zozobra: Me clavó los ojos negros y brujos, como los tienen algunas viejas pintadas por Goya, y un poco incrédula se limitó a balbucir con el borde de los labios: —Si es el caballero que dice, por muchos años lo sea.
Sin ti, se agostan mis pintadas flores; sin ti, los ecos lastimeros gimen; no alegran mi jardín los ruiseñores, ni brotan mis vistosos surtidores, que les falta el placer con que se animen.
Y en todos no saben salir de mesas de pino
pintadas, que no las habría peores en una taberna; cuya pintura se pega a los vestidos, sucediendo otro tanto con las sillas; y, para prueba de cómo adelantamos, uno solo que había con mesas más limpias, ha desaparecido para embeberse en una fonda refundida, en que creímos todos los gastrónomos hallar innovaciones de mérito y de gusto; pero nada de eso: nos han añadido una porción de ridiculeces que antes no teníamos aún.
Mariano José de Larra
El piano es de madera, con las teclas
pintadas; y no tiene banqueta de tornillo, que eso es poco lujo, sino una de espaldar, hecha de la caja de una sortija, con lo de abajo forrado de azul; y la tapa cosida por un lado, para la espalda, y forrada de rosa; y encima un encaje.
José Martí
Sus fauces
pintadas echaban fuego, sus ojos redondos saltaban de las órbitas, sus garras corvas amenazaban a las pupilas del audaz.
Emilia Pardo Bazán
Siempre traía el papá de Nené algún libro nuevo, y se lo dejaba ver cuando tenía figuras; y a ella le gustaban mucho unos libros que él traía, donde estaban
pintadas las estrellas, que tiene cada una su nombre y su color: y allí decía el nombre de la estrella colorada, y el de la amarilla, y el de la azul, y que la luz tiene siete colores, y que las estrellas pasean por el cielo, lo mismo que las niñas por un jardín.
José Martí
Tú no has pisado el «campo de terciopelo y seda»; ni respiraste el «fresco cefirillo que juega de los sombríos bosques con la enramada espesa»; ni la cascada viste que «rauda se despeña en el profundo abismo desde la altura inmensa;» ni «matizadas flores» cogiste entre la yerba; ni oístes el «murmullo del que manso la riega, arroyo cristalino do beben las Napeas y encuentran las pastoras cristal que les refleja de sus cabellos de oro las ondulantes hebras»; ni el trino has escuchado de «mil y mil parleras, pintadas avecillas...
Nos contaba mi mamacita que todo el templo está cubierto con imágenes de milagros,
pintadas y de bulto, y con ofrendas muy ricas; y que vive siempre lleno de peregrinos que llegan constantemente de toda parte del mundo.
Tomás Carrasquilla
Iban otros cargados de pieles
pintadas, parándose a cada puerta, por si les querían comprar la colorada o la azul, que ponían entonces como los cuadros de ahora, de adorno en las salas.
José Martí