Una tradición contaba que la ciudad de Helo, que estaba habitada por periecos, se sublevó contra Lacedemonia cuando Agis I privó a esta y otras ciudades periecas de la igualdad de derechos y les ordenó pagar tributo a Esparta.
Probablemente el empleo de la palabra harmosta sea más antiguo, y designaría a los funcionarios enviados a las ciudades periecas para asegurar su sumisión a Esparta.
Debido al daño que infringía a las comunidades periecas de Laconia, los espartanos optaron por acudir en su ayuda, en vez de ir a socorrer a los mitileneos.
Con todo, la peor consecuencia del terremoto habría de ser la sublevación de hilotas que le siguió, fundamentalmente de hilotas mesenios, a la que se sumó, por primera y única vez que se sepa, una minoría de hilotas laconios y dos comunidades periecas, Turia y Etea.
Esparta se hallaba en teoría en el bando vencedor, pero en la práctica perdió sus ciudades periecas, que formaron por su cuenta la koinonía (alianza) de los Lacedemonios.
Una parte de los habitantes, los de la planicie, fue reducida al estado de ilotas, mientras que los de las ciudades costeras adquirieron el estatus de ciudades periecas.
Cuando el ejército espartano estaba de camino hacia Tasos para ayudarla en su rebelión contra Atenas, los mesenios se sublevaron, al mismo tiempo que los ilotas mesenios), y los de Laconia participaron, pero minoritariamente), y las ciudades periecas de la costa, Turia y Etea).