Zamudio publicó en vida solo tres libros: Ensayos poéticos, imprenta Jacobo Peuser, Buenos Aires, 1887 Íntimas, novela realista, ambientada en Cochabamba, editorial Velarde, La Paz, 1913; Plural, de La Paz, la ha publicado a partir de 1999 en ediciones preparadas por Leonardo García Pavón Ráfagas, poesía, Librería Paul Olendorff, París, 1913 Libros póstumos: Novelas cortas, 10 textos, que en realidad son cuentos;, Opinión, 02.11.2013; acceso 11.11.2015 prólogo de Luis Taborga; editorial Juventud, La Paz, 1942 Peregrinando...
Tras estar peregrinando un tiempo, se estableció en Annecy, siendo tutelado por Madame de Warens, una dama ilustrada, trece años mayor que él, que le ayudó en su educación y en su afición por la música.
Cerró la mochila y se fue a Alemania,
peregrinando de una población a otra, sin pararse en ninguna, hasta que, al llegar a la antigua y bella ciudad de Nuremberg, le pareció que volvía a ser señor de sus piernas y que podía quedarse allí.
Hans Christian Andersen
No en vano, pues, le nombra el primero en la generación que desciende de Sem, y le antepuso también a los hijos, siendo él el quinto nieto, sino porque es verdad lo que se dice que de él se llamaron así los hebreos, aunque podría haber también otra opinión, que de Abraham parezca que se llaman así como hebraheos pero, efectivamente, lo cierto es que de Heber se llamaron hebreos, y después, quitando una letra, hebreos, cuya lengua hebrea pudo poseer solamente el pueblo de Israel, en quien la Ciudad de Dios anduvo peregrinando en los Santos, y en todos fue misteriosamente figurada.
Y en el libro I, celebrando las obras que escribió el mismo Varrón: «Andando, dice, nosotros peregrinando y errantes por nuestra ciudad como si fuéramos forasteros, tus libros puedo asegurar nos encaminaron y tornaron a casa, para que, al fin, pudiéramos advertir quiénes éramos y adónde estábamos; tú nos declaraste la edad de nuestra patria, tú las descripciones de los tiempos, tú la razón de la religión, el oficio de los sacerdotes, la disciplina doméstica y pública de los sitios, regiones, pueblos y de todas las cosas divinas y humanas nos declaraste los nombres, géneros, oficios y causas».
Vanse todos y quedan LEANDRO y NICANOR. LEANDRO: Ya que vas peregrinando por estos mares, escucha la ocasión por qué en el valle tantas naciones se juntan.
Busquemos, pues, entre aquellos pueblos, que se dividieron en setenta y dos naciones y en otros tantos idiomas, la ciudad de Dios, que anda peregrinando en la tierra, la cual hemos continuado y traído hasta el Diluvio y el Arca, y hemos manifestado que duró y perseveró en los hijos de Noé por sus bendiciones, principalmente en el mayor, que se llamó Seth, porque la bendición de Japhet fue que viniese a habitar en las casas de su mismo hermano.
Esta paz, entretanto que anda peregrinando, la tiene por la fe, y con esta fe juntamente vive cuando refiere todas las buenas obras que hace para con Dios o para con el prójimo, a fin de conseguir aquella paz, porque la vida de la ciudad, efectivamente, no es solitaria, sino social y política.
Cree, asimismo, en la Sagrada Escritura del Viejo y del Nuevo Testamento, que llamamos canónica, de donde se concibió y dedujo la misma fe con que vive el justo, por la cual sin incertidumbre alguna caminamos mientras andamos peregrinando, ausentes de Dios, y salva ella, sin que con razón nos puedan reprender, dudamos de algunas cosas que no las hemos podido penetrar, ni con el sentido ni con la razón, ni hemos tenido noticia de ellas por la Sagrada Escritura ni por otros testigos a quienes fuera un absurdo y desvarío no dar crédito.
Y así en est siglo, en estos días malos, y no sólo desde el tiempo de la presencia corporal de Cristo y de sus Apóstoles sino desde el mismo Abel, que fue primer justo, a quien mató su impío hermano, y en lo sucesivo hasta el fin de este mundo, entre las persecuciones de la tierra y entre los consuelos de Dios, discurre peregrinando su Iglesia.
Entonces hizo venir sobre los egipcios aquellas diez tan famosas plagas, porque no querían dar libertad al pueblo de Dios, convirtiéndoles el agua en sangre, enviándoles ranas, cínifes y moscas, mortandad a su ganado, llagas, granizo, langostas, tinieblas y muerte de los primogénitos; finalmente, viéndose quebrantados los egipcios con tantas y tan ruinosas plagas libertaron, en fin a los israelitas, y, persiguiéndolos por el mar Bermejo, vinieron a perecer; porque a los que huían se les abrió el mar, y les proporciono paso franco, y a los que les perseguían, volviendo a juntarse las aguas, los sumergió en su seno Después, por espacio de cuarenta años anduvo el pueblo de Dios peregrinando por el desierto bajo la dirección de su caudillo Móisés...
Hubo diez hermanos, siete varones y tres hembras, naturales de la ciudad de Cesárea, de Capadocia, no de humilde prosapia entre sus ciudadanos entre los cuales vino el castigo del cielo por una maldición que fulminó contra ellos su madre, recién viuda y desamparada de ellos, con motivo de la muerte de su padre, muy sentido por una injuria que la hicieron, de forma que todos padecían un terrible temblar de miembros; y no pudiendo tolerar el verse así, tan abominables y vilipendiados, en la presencia de sus vecinos, por donde cada uno quiso se fueron peregrinando por casi todo el Imperio romano.