No he citado a humo de pajas los sacrificios personales y pecuniarios de los peninsulares de Cuba en la campaña que vienen sosteniendo nueve meses hace.
No necesito decir que pronto me fue necesario solicitar de Heep adelantos pecuniarios para ayudar a las necesidades de mistress Micawber y de nuestra desdichada y creciente familia.
El partido del orden disponía de recursos pecuniarios enormes...
¿No lo ve usted? ¿Cree usted que yo le hubiera hablado de mis apuros
pecuniarios, a no estar segura de que dentro de pocas horas me habré muerto?
Pedro Antonio de Alarcón
Fueroi: grandes los atrasos de la real Hacienda en esa épo- ca, reagravados con las pérdidas y destrucción causadas, en Lima, por el terremoto de 28 de Octubre de 1746: y es evi- dente que los títulos de Castilla, que dicho virrey confirió, fueron, como se dice, beneficiados; ó lo que es lo mismo, con- seguidos en virtud de donativos pecuniarios, y de la entrega de las sumas correspondientes á los derechos de lanzas y me- dia anata: porque todos ellos se expidieron libres perpetua- mente de tales gravámenes.
Niega la sepultura cristiana a quien no haya confesado y comulgado, y lo curioso es que, dentro del dogma, se ingenia en asegurar los recursos pecuniarios de la Iglesia, permitiendo, por ejemplo, la cremación de los cadáveres, y favoreciendo a la compañía de Jesús, hábil banquera, la cual, después de la constitución Sacrorum antitistum, que prohibía diarios y revistas en seminarios y conventos, es obsequiada con el monopolio de esa misma prensa, gracias a un escrito pontifical.
En la educación estatal, incluida la superior, el gasto público no será inferior al seis por ciento (6%) anual del producto interno bruto, de acuerdo con la ley, sin perjuicio de lo establecido en los artículos 84 y 85 de esta Constitución. El Estado facilitará la prosecución de estudios superiores a quienes carezcan de recursos pecuniarios.
En África las campañas anticorrupción digirieron la atención a los abusos pecuniarios y de derechos humanos cometidos por funcionarios.
-No quiero -prosiguió mistress Micawber terminando su ponche y echándose sobre los hombros el chal, antes de retirarse a mi alcoba para hacer sus preparativos de marcha-, no quiero prolongar estas observaciones sobre los asuntos pecuniarios de Micawber, al lado de su fuego, mi querido Copperfield, y en presencia de míster Traddles, que no es, en verdad, amigo nuestro desde hace tanto tiempo como usted, pero al que ya consideramos como uno de los nuestros; sin embargo, no he podido por menos de ponerles al corriente de la conducta que aconsejo a Micawber.
Sólo obtengo de él, a costa de las mayores dificultades, los recursos pecuniarios indispensables para mis gastos, muy reducidos, se lo aseguro; sin cesar me amenaza con hacerse despedir (es su expresión) y rechaza con barbarie el darme la menor explicación de una conducta que me desespera.
Artículo 5°.- La decisión de legislar compete exclusivamente a la Junta de Gobierno y la iniciativa para proponer suplementos a partidas de la Ley General de Presupuestos; para alterar la división política o administrativa del país; para suprimir, reducir o condonar impuestos o contribuciones de cualquier clase, sus intereses o sanciones, postergar o consolidar su pago y establecer exenciones tributarias totales o parciales; para crear nuevos servicios públicos o empleos rentados; para fijar o modificar las remuneraciones y demás beneficios pecuniarios del personal de los servicios de la administración del Estado...
Durante la Segunda república (1848-1851), los dos grupos monárquicos constituyeron el núcleo del «partido del orden», un partido conservador unificado.-, pero que, ante todo, necesitaba tranquilidad y seguridad para sus negocios pecuniarios, y frente a ella un proletariado, vencido ciertamente, pero no obstante amenazador, en torno al cual se agrupaban más y más los pequeños burgueses y los campesinos; la amenaza constante de un estallido violento que, a pesar de todo no brindaba la perspectiva de una solución difinitiva: tal era la situación, como hecha de encargo para el golpe de Estado del tercer pretendiente, del seudodemocrático pretendiente Luis Bonaparte.