Como una barca argéntea,:cuelga la luna alta en el mar del cielo.:¡Noto cómo sopla un frágil viento:tras los oscuros abetos!:El riachuelo canta lleno de armonía a través de la oscuridad.:Las flores palidecen a la luz del crepúsculo.:La tierra respira llena de tranquilidad y de reposo.:¡Todo anhelo quiere ahora soñar,:los hombres cansados vuelven al hogar:para aprender nuevamente, en el descanso,:la felicidad y la juventud olvidadas!:Los pájaros se encogen tranquilos en sus ramas.:El mundo descansa...:El viento sopla frío por las sombras de mis abetos.:Yo estoy aquí, y espero a mi amigo,:espero su último adiós.:Oh, amigo, deseo fervientemente gozar:contigo de la belleza de este atardecer.:¿Dónde estás?
Mientras que los materiales inteligentes y nanosensores ejemplifican aplicaciones útiles en la NTM, palidecen en comparación con la complejidad de la tecnología más popular, asociada con el término: el nanorobot replicable.
Después de " Errol Flynn ", el grupo se sumíó en una especie de crisis, y después de facturar uno de sus álbumes más flojos "Straight!", un disco que adolecía de una mala producción, con falta de fuerza, y con temas que palidecen ante todos los anteriores (se recuerda de este disco la depresiva "Empty World"), el grupo parece desintregrarse en una desastrosa gira, en la que el apoyo de su compañía discográfica parece inexistente, y el abuso de alcohol y drogas se combina con fuertes tensiones en el seno del grupo, intentos de suicidio...
Afecta a cultivares que resultan resistentes a la sigatoka normal, y requiere cuatro veces más fungicida para controlarla. Ambas palidecen frente al daño causado por la enfermedad de Panamá, obra del hongo Fusarium oxysporum.
Ella ciertamente pugna por elevarse con el tronco recto, pero de las rodillas la juntura rígida está y un frío por sus uñas resbala y palidecen, perdida la sangre, sus venas; y como un malo, incurable cáncer anchamente suele 825 serpear e ilesas a las viciadas añadir partes, así un letal invierno poco a poco a su pecho llega y las vitales vías y los respiraderos cierra, y ni intentó hablar ni si intentado lo hubiera de voz tenía camino: una roca ya su cuello poseía 830 y su cara se había endurecido y estatua exangüe sentada estaba; y no piedra blanca era: su mente la había inficionado a ella.
Recibe las piadosas ofrendas del pobre, acepta el fulgor de esas luces de aceite, que palidecen entre los torrentes de claridad divina que traes contigo, y presta oídos a los ruegos, a las recomendaciones y solicitudes hechas con limpio corazón.
La apología del libre tráfico, como en general todos los ditirambos a la libertad que entona nuestra burguesía, sólo tienen sentido y razón de ser en cuanto significan la emancipación de las trabas y la servidumbre de la Edad Media, pero palidecen ante la abolición comunista del tráfico, de las condiciones burguesas de producción y de la propia burguesía.
Y así se la van los días en suspirar y gemir, por las bóvedas sombrías de las largas galerías que la habrán de ver morir. Y sus ojos se marchitan, y sus labios palidecen, y sus pies se debilitan, y sus delirios la irritan, y sus pesadumbres crecen.
Súbita detonación detiene a los indios;
palidecen todos llenos de espanto; se estrechan unos contra otros, dando alaridos de impotencia; y bien pronto se dispersan, buscando salvación en los bordes de los barrancos, por donde desaparecen en tropel.
Tulio Febres Cordero
La función principal dispara pequeñas ráfagas de energía. Éstas son respetablemente destructivas, pero palidecen en comparación con la función secundaria.
La naturaleza siempre lo cautiva, por ello se refugia en su quinta "Santa Teresita" ubicada en la ciudad de Guano a pocos kilómetros de Riobamba, a la cual llama "Oficina de Ilusiones", donde la luz penetra por sus amplios ventanales, mientras palidecen libros y papeles que reposan en su viejo escritorio.
La colección de pintura del siglo XIX incluye a Goya (Retrato de Asensio Juliá, 1814), Corot, Constable, Millet, William Adolphe Bouguereau, Turner, Jean-Léon Gérôme, Géricault, Giovanni Boldini, Puvis de Chavannes y Lawrence Alma-Tadema, si bien palidecen ante el repertorio impresionista: Manet, Monet (a destacar una de sus vistas de la catedral de Ruan), Alfred Sisley, Degas (entre sus obras, una escultura de bailarina en bronce), Camille Pissarro, Pierre Bonnard y Paul Gauguin.