Cuando quieren pacer tranquilamente, colocan previsoras a poca distancia un centinela que aguza el oído, y anuncia con un gritó la proximidad del cazador.
Volvió hacia mí sus ojos apagados, que me recordaron los de un caballo ciego al que había visto pacer y cojear sobre las tumbas del cementerio de Bloonderstone.
Desde entonces llevaron todos los días sus ganados a
pacer juntos; no se hablaban, pero sentían un consuelo desconocido a sus almas.
los Hermanos Grimm
Dicen, de común acuerdo, que la gacela que lo había recogido, encontró pastos abundantes y fuertes y engordó; tuvo mucha leche, hasta el extremo de criarlo de la mejor manera posible. Estaba con él, sin apartarse de su lado más que cuando le obligaba la necesidad de ir a
pacer.
Abentofail
-¿Cabrita, has comido bien? La cabra le contestó. ¿Cómo había de comer, si no he hecho más que correr sin hallar una hoja que
pacer? ¡Beh!, ¡be!
los Hermanos Grimm
3 La floja ociosidad, y el grave estío, de la pesada siesta entonces grave, el susurrar del Céfiro y el rio, fresca la sombra, querellosa el ave, la vacada extendida y el cabrio aún no cansado del pacer süave, en Dafne ocasionaron voz dispuesta, y en Dametas después voz y respuesta.
-¿Cabrita, has comido bien? A lo que respondió la cabra. ¿Cómo había de comer, si no he hecho más que correr sin hallar una hoja que
pacer? ¡Beh!, ¡be!
los Hermanos Grimm
Parirá un hijo cuyo nombre será Jesús. Y él llevará a pacer a todos los pueblos con un cetro de hierro. El ángel lo abandonó y José se levantó de su sueño.
Los pastos no parecían haber sufrido los efectos de aquella insólita situación, y las vacas pacían libremente cerca de la casa, pero hacia finales de mayo la leche empezó a ser mala. Entonces Nahum llevó a las vacas a pacer a las tierras altas y la leche volvió a ser buena.
Escriben también que, pocos días antes deste día, los caballos que pasando el Rubicón había consagrado y dejado libres sin guarda, fueron hallados sin querer pacer, con pertinacia y llorando.
—Conocerlo, propiamente, no, porque es la primera vez que me lo topo; pero, por las señas que les he escuchado a los llaneros de por estos lados, malicio que debe ser uno a quien mientan el Brujeador Persona práctica en cazar bestias bravías, persiguiéndolas día y noche sin dejarlas ni pacer ni dormir.
La Real Chancillería mantuvo al Concejo querellante en su derecho «de llevar su cabaña c on palos, pastores, perros y cencerros, a pacer las yerbas y beber las aguas, seleando y majadeando, a los sitios de Bus Cabrero, Bustamezán, Cueto de Espinas, etc., etc...» Idéntico y tan antiguo privilegio es el que disfrutan los demás Concejos sobre estos y otros puertos.