¿Por qué roja de sangre luce el alba al ser de nuevos días triste cuna, y orlada de bermejas aureolas, a la América va la casta luna, huyendo de este viejo continente, próximo a ser de sangre una laguna, que meza hirvientes sus purpúreas olas del Ural a las costas españolas?
En fin hecho toda una impresionante elegancia, pues con su manta de red, blanca y negra, orlada de flores de diferentes colores y los veinte cascabeles de oro que ataba a sus pies junto con unas riquísimas sandalias, era la clara representación de su nombre: Espejo negro que humea.
A la luz de las estrellas y a la mucho más viva de los millares de cirios de la Basílica iluminada de alto abajo, hecha un ascua de fuego, adornada como para una fiesta y con las puertas abiertas de par en par, por donde se desliza, apretándose, el gentío ansioso por contemplar al Pontífice, se ve, destacándose de la roja muceta
orlada de armiño que flota sobre la nívea túnica, la cabeza hermosísima del Papa, el puro diseño de medalla de sus facciones, la forma artística de su blanco pelo, dispuesto como el de los bustos de rancio mármol que pueblan el Museo degli Anticchi.
Emilia Pardo Bazán
A la izquierda otra alegoría coronada por el amor y orlada de atributos profanos, donde se lean titulos de las mejores comedias de CALDERON.
Ágil de miembros, la cerviz erguida Orlada de flotante cabellera, Los claros ojos respirando vida, Luenga la barba y con la voz severa.
Toma —alcanzándome un diario en cuya página su dedo de uña
orlada de mugre señalaba un aviso, comentó—: Mi marido me dijo que viniera y te avisara.
Roberto Arlt
10 Los Senadores y Representantes, mientras ejerzan el cargo usarán de la insignia de un escudo de oro que en el centro tenga grabado este lema - ley - orlada con dos ramos de oliva y laurel.
Que yo en su Giralda leo cuanto de grande el deseo en sus delirios encierra, de las edades trofeo, monumento de la tierra! Orlada en perlas y azahares ya las armadas no ves, que de remotos lugares rizando los anchos mares rinden tributo á tus piés.
Y una vasta fuerza se agiganta en mí y ante mi sombrío testigo,
orlada de mutismos, eclosiona y ahonda en cada una de las nuevas concepciones que aparecen diariamente en mi existencia.
Antonio Domínguez Hidalgo
Viuda desde hacía dos años y medio, la osadía elegante de su toca
orlada de violetas y el corte juvenil de su traje de pana morada con ribetes de piel, decían a voces, más que el alivio, el olvido del dolor.
Emilia Pardo Bazán
Su lápida estaba en el cementerio llamado patio y tenía la siguiente inscripción: La lápida tenía labrada en el centro el escudo con sus armas: en campo de plata, banda negra orlada de una cadena de oro.
Venera del Gran Cordón, Encomienda y Medalla: fabricadas en sus respectivos tamaños para cada categoría, consistían en una estrella de cinco puntas rodeada por un rafagado circular en plata dorada en cuyo centro se encontraba una imagen en color del Califa Ali Ibn Abi Talib orlada en oro.