Algunas horas permaneció sin darse cuenta de lo que en su derredor pasaba. Al volver en sí, se halló en un hermoso campo a la orilla del mar.
Se le veía frecuentemente abandonar la cantera y penetrar en las galerías poco frecuentadas, dejando por las noches su vivienda solitaria para vagar como un fantasma por la
orilla del mar, y sentándose a veces en las piedras de la ribera pasaba horas tras horas, oyendo el murmullo eterno del oleaje: como un viejo lobo que descansara de sus correrías por el océano.
Baldomero Lillo
También, y tanto como los más bravos, pelearon, y volverán a pelear, los pobres anamitas, los que viven de pescado y arroz y se visten de seda, allá lejos, en Asia, por la
orilla del mar, debajo de China.
José Martí
Ya no les agradaba su tranquila existencia, ya la aldea era insoportable para ellos y tristes y pensativos paseaban a la orilla del mar deseando un cambio completo en su vida.
Néstor y Macaón dejaron secar el sudor que mojaba sus corazas, poniéndose al soplo del viento en la
orilla del mar; y penetrando luego en la tienda, se sentaron en sillas.
Homero
¿Aguarda acaso que las veleras naves sean devoradas por el fuego enemigo en la
orilla del mar, sin que los argivos puedan impedirlo, y que unos en pos de otros sucumbamos todos?
Homero
Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: Jamás vimos cosa parecida. 2.13. Salió de nuevo por la
orilla del mar, toda la gente acudía a él, y él les enseñaba. 2.14.
La Biblia (Nuevo Testamento)
Y los fueron dejando sucesivamente en un sitio de la
orilla del mar, que Aquileo indicó para que allí se erigiera el gran túmulo de Patroclo y de sí mismo.
Homero
El ferrocarril que va a Pompeya bordea casi constantemente la orilla del mar, y sus largas volutas de espuma van a desplegarse sobre una arena negruzca que parece carbón tamizado.
No me extraña que mi pobre y querida madre pensara lo mismo. Llegamos a un hotel a orilla del mar, donde encontramos a dos caballeros fumando en una habitación.
25. Al encontrarle a la
orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?» 26. Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado.
La Biblia (Nuevo Testamento)
Me arrojé sobre la cálida arena a la orilla del mar, como acostumbraba a hacerlo, y en un momento el aluvión de familiares asociaciones de ideas me había llevado tan completamente de regreso a mi antigua vida que todas las maravillas que me habían sucedido, cuando inmediatamente empecé a recordarlas, me parecían meramente como si soñase despierto, como tantas otras veces me había ocurrido anteriormente en este lugar de la costa.