Se pasaba el día gozando de la luz del sol, volando de flor en flor, bailando sobre las alas de la inquieta mariposa y midiendo los pasos que necesitaba dar para recorrer todos los caminos y senderos que hay en una sola hoja de tilo. Son lo que nosotros llamamos las
nervaduras; para él eran caminos y sendas, ¡y no poco largos!
Hans Christian Andersen
Las tiendas, los letreros luminosos, las casas quintas, todas esas apariencias bonitas y regaladoras de los sentidos, se desvanecen para dejar flotando en el aire agriado las
nervaduras del dolor universal.
Roberto Arlt
Un porche adornado con algunas nervaduras y dos o tres pilares del mismo gres toscamente tallados, tejas y contrafuertes del mismo gres que los pilares, esto era todo.
El artesonado del techo se curva igual que la fachada, y las hornacinas aparecen decoradas con nervaduras abocinadas, lo que produce sensación de amplitud.
Tiene coleóptilo alargado rasgado, con frecuencia de 3 a 15 mm, hialino, dos nervaduras convergentes conspicuas, del mismo tamaño que la vaina de la primera hoja.
Hojas 3-8 × 2-5 cm, ovadas a lanceoladas, la mayoría glabras, en ocasiones ciliadas a lo largo de los márgenes, las nervaduras secundarias, 4-7 pares, la base redondeada a cordata, el ápice obtuso a agudo, pecíolos 1-2 cm.
A la portada con atrio al norte, de estilo plateresco y cubrición con nervaduras, se le adosa la torre de ladrillo de cuatro cuerpos, el superior con campanario de un ojo de medio punto por cada cara, rematada por un pináculo historicista del siglo XIX.
Las hojas jóvenes están cubiertas de vellosidad rojiza, mientras que las adultas carecen de vellosidad, con el haz de color verde oscuro y el envés blanquecino con prominentes nervaduras de color claro.
La bóveda del crucero es grandiosa y cubre una superficie de 29 x 19 metros, sin apoyos centrales y con una compleja red de nervaduras.
Se ven, durante el otoño, las hojas del año caídas y sometidas a una descomposición, principalmente por parte de hongos, pero también se van las hojas del año anterior parcialmente descompuestas, reducidas a su red de nerviaciones o nervaduras (esqueletizadas), con filamentos de muchos hongos, las raíces (micorrizas) y sobre todo de excrementos de los animales que viven en la hojarasca y la capa de humus de unos pocos milímetros a varios centímetros de espesor.
El interior se halla cubierto por una cúpula con un peso estimado de dos mil trescientas toneladas y montada sobre veinte pares de nervaduras de ladrillos cruzadas entre sí que sostienen la estructura sin necesidad de columnas.
El interior es de una sola nave, techo de crucería con abundantes nervaduras, y guarda importantes piezas artísticas: el sepulcro del comendador Antonio Bravo de Jerez, realizado por Lucas Mitata; cinco tablas de Luis de Morales; un cristo yacente, atribuido a Martínez Montañés; el sepulcro del Maestre Yáñez de la Barbuda; y la pila donde fue bautizado San Pedro de Alcántara.