¡Que Dios melifique tu ser
montaraz!" "Esta bien, hermano Francisco de Asís." "Ante el Señor, que todo ata y desata, en fe de promesa tiéndeme la pata." El lobo tendió la pata al hermano de Asís, que a su vez le alargó la mano.
Rubén Darío
Por fin, desamparado de los suyos, y acorralado como fiera montaraz, se metió en un rancho con su hija, y la dijo: —Encomiéndate á Dios, que no quiero que, muerto yo, ven- gas á ser una mala mujer, ni que te llamen la hija del traidor.
Allá, en las cumbres de las sierras hoscas, allá, en las cimas de las sierras bravas; en la mansión de las quietudes grandes, en la región de las silbantes águilas, donde se borra del vivir la idea, donde se posa la absoluta calma, su nido asientan los silencios grandes, el tiempo pliega sus gigantes alas y el espíritu atento siente flotar en derredor la nada...; allá, en las crestas de los riscos negros, cerca del vientre de las nubes pardas, donde la mano que los rayos forja las detonantes tempestades fragua, allí vivía el
montaraz cabrero su tenebrosa vida solitaria, melancólico Adán de un paraíso sin Eva y sin manzanas...
José María Gabriel y Galán
Sé por guardas y pastores que riges ya a maravilla la casa de tus mayores, donde, por buena y sencilla, te adoran tus servidores; y yo me tengo jurado ser un amo tan honrado y un
montaraz tan cabal como el mejor que ha pisado los montes de Carrascal.
José María Gabriel y Galán
Otra con ella
montaraz zagala juntaba el cristal líquido al humano por el arcaduz bello de una mano 245 que al uno menosprecia, al otro iguala.
Luis de Góngora y Argote
Parecía la vibración de un cuerno de caza... Era acaso el grito de una bestia montaraz... Pero cuando se repitió el sonido, Otaduy se puso en pie.
Vino, porque la hembra montaraz y salvaje imperante en Estrella, necesitaba un macho, montaraz y salvaje también, rebelde a la doma, al freno de las costumbres, leyes, obligaciones y respetos que la civilización impone a los humanos.
La diosa se lanzó a lo profundo, como desciende el plomo asido al cuerno de un buey
montaraz en que se pone el anzuelo y lleva la muerte a los voraces peces.
Homero
Una música tan virgen como el aura de mis montes, tan serena como el cielo de sus amplios horizontes, tan ingenua como el alma del artista
montaraz, tan sonora como el viento de las tardes abrileñas, tan süave como el paso de las aguas ribereñas, tan tranquila como el curso de las horas de la paz.
José María Gabriel y Galán
Yo quisiera que encubriesen las zamarras de pellejo pechos fuertes con ingenuos corazones de oro viejo penetrados de la calma de la vida
montaraz.
José María Gabriel y Galán
¡Qué buen esposo me hicieras! ¡Qué hogar tan feliz tuvieras, si de ese monte feraz tú la montaraza fueras y fuera yo el
montaraz!
José María Gabriel y Galán
Aunque jamás sintiera el acicate, Tras largo curso, de su espuma lleno, Dirigido por Ara cede al freno Sin montaraz locura; Mejor jinete no cruzó el desierto Ni fue detrás del ciervo fugitivo Por las quebradas de Ararat altivo Do eterna nieve dura.