El ancho circo se llena de multitud clamorosa que atiende a ver en su arena la sangrienta lid dudosa, y todo en torno resuena. La bella Zaida ocupó sus dorados
miradores que el arte afiligranó, y con espejos y flores y damascos adornó.
Nicolás Fernández de Moratín
La cuchilla y la rueda del carro, y la navaja y las barbas pinchonas de los pastores, y la luna pelada, y la mosca, y las alacenas húmedas, y los derribos, y los santos cubiertos de encaje, y la cal, y la línea hiriente de aleros y
miradores tienen en España diminutas hierbas de muerte, alusiones y voces perceptibles para un espíritu alerta, que nos llama la memoria con el aire yerto de nuestro propio tránsito.
Federico García Lorca
Su taller estaba en las proximidades de un antiguo puente amurallado, encima de un bajo molino de aguas que murmuraba eternamente; por debajo fluía un río impetuoso, encajonado entre casas de cuyas paredes se proyectaban
miradores corroídos, siempre a punto de caerse al agua.
Hans Christian Andersen
íd, oíd los vivientes una justa que se ordena y el precio d'ella se suena que es la salud de las gentes. Salid, salid a los miradores para ver los justadores, que quien ha de mantener es el bravo Lucifer por honra de sus amores.
Ya no hay cañas, ni torneos Ni moriscas cantilenas, Ni entre las negras almenas Moros ocultos están; Hoy se ven sin celosías Miradores y ventanas, No hay danzas ya de sultanas En el jardín del Sultán.
Yo me paso noche y día asomado a los balcones de cu carmen, contemplando el círculo de horizonte en que se encierra esta Vega y esta ciudad, en que pone los ojos Dios, cuando sale del cielo a los miradores.
Y en tanto que los dichosos Divierten con tales pláticas El tiempo que ya impacientes A don Godofredo aguardan, Abiertos de par en par Miradores y ventanas Se gozan con la presencia De las mas hermosas damas.
Terminó el sarao, y los curiosos de la plebe, que aguardaban con impaciencia este momento formando grupos y corrillos en las avenidas de palacio, corrieron a estacionarse en la cuesta del alcázar, los
Miradores y el Zocodover.
Gustavo Adolfo Bécquer
Al cabo, un día, al ponerse el sol, divisaron ambos viajeros desde la cima de una colina una gran masa de edificios, o más bien un mar de cúpulas, techos, torres y
miradores que, juntos, formaban una vasta ciudad.
Emilia Pardo Bazán
Seguí a la muchacha y pronto llegamos ante una preciosa casita adornada con miradores y con un pequeño jardín lleno de flores muy bien cuidadas que exhalaban un perfume delicioso.
Fuentes y estatuas adornaban plazoletas graciosas o alamedas extensas, miradores y kioscos embellecían los centros o los ángulos de otras calles, y una ría de agua clara y serena cortaba la posesión, pareciendo una cinta de plata, en la que se deslizaban blancos cisnes y peces de colores.
¡En ese patio y en esa sala moraban aquellas huríes, hijas del Yemen y de Damasco, que encantaron la vida de los soldados del Profeta! ¡Alce la vista, y contemple esos calados
miradores, que aún visitará esta noche la inconstante Luna!
Pedro Antonio de Alarcón