Mary "Muffy" Alice Crosswire/Muffy Chusgoitia, luego Muffy Cortocircuito - La mejor amiga de Francine, aunque tienen muchos opuestos. Es una típica niña rica y mimada, vive en una mansión con sus padres.
Tiene una profunda admiración, aunque a veces se pelea con su grande sœur Rei, que es a su vez su prima y vecina, ya que es muy mimada.
No; su proposición no le conviene a nuestra Dora. Nuestra querida Dora es la niña mimada de la Naturaleza. Es una criatura de luz, de alegría y de felicidad.
No fué una sabia, no fué un portento de erudición como la pseudo-autora de los tercetos; fué sen- cillamente una poetisa que transparentó siempre, en sus ver- sos, femeniles exquisiteces.— Si México posee una hija mimada de Apolo, el Perú la tuvo antes, se dijeron nuestros antepasa- dos: y por esta razón de pueril vanidad patriótica no hubo, en los tiempos de la colonia, quien, sin prejuicios y con áni- mo sereno, acometiera la investigación.
Decidida- mente, Marietta, hay en, usted muy varoniles bríos, y quien no la conozca, ni por retrato, la supondrá físicamente mujer robusta, vieja, hombruna y hasta con pelos en la barba, y no la joven de palidez romántica, de aire risueño siempre, y que en la vida social tiene todas las graciosas y espirituales delicadezas de ñifla mimada.
No era probable que escapara a ello una beldad mimada, halagada y querida como la princesa Vávara, pero lo cierto es que el príncipe, su padre, nada sabía de tales calumnias, y para él era suficiente pensar que su hija -la heredera de una docena de propiedades y cien mil siervos- era inmaculada par nécessité, si no por elección.
Era una morena acanelada, de ojos adormidos de una tristeza vaga y extática; el cabello espeso y alborotoso; alta, lánguida, de movimientos rítmicos más provocativos que majestuosos; redondo, negro, como dibujado con tinta china, lucía un lunar en la mejilla. Era una niña nerviosa,
mimada, impresionable.
Tomás Carrasquilla
Tan melindrosa era la
mimada hija de Abascal, que su padre prohibió quemar cohetes a inmediaciones de Palacio, porque al estallido acometían a la niña convulsiones nerviosas.
Ricardo Palma
no quiero, ¿estamos? Laurentina llamábase la hija menor, y, la más
mimada, de D. Honorio Aparicio, castellano viejo y marqués de Santa Rosa de los Ángeles.
Ricardo Palma
Ildefonso Antonio Bermejo (autor de un notable libro sobre el Paraguay) quien, aunque muy a la ligera habla de la niña y de su camisa, me puso en vía de desenredar el ovillo, alcanzando a sacar en limpio la historia que van ustedes a leer. Margarita Pareja era (por los años de 1765) la hija más
mimada de D.
Ricardo Palma
Serás reina de los hombres de ojos verdes a quienes apreté la garganta en mis caricias nocturnas; de los que quieren al mar, al mar inmenso, tumultuoso y verde; al agua informe y multiforme, al sitio en que no están, a la mujer que no conocen, a las flores siniestras que parecen incensarios de una religión desconocida, a los perfumes que turban la voluntad y a los animales salvajes y voluptuosos que son emblema de su locura.» Y por esto, niña mimada, maldita y querida, estoy ahora tendido a tus pies, buscando en toda tu persona el reflejo de la terrible divinidad, de la fatídica madrina, de la nodriza envenenadora de todos los lunáticos.
La familia del marido, por no dejarla escapar, le aseguró que en ningún otro lugar del mundo hallaría un país más sano ni más agradable que aquél, testigo de las proezas de Charette. Fue tan mimada, cuidada y contemplada, que su muerte constituyó el más grande honor para los Lorrain.