ngelus/Regina Coeli Audiencias de Juan Pablo II Cartas de Juan Pablo II Homilías de Juan Pablo II Mensajes de Juan Pablo II = El rápido desarrollo (24 de enero de 2005) Mane nobiscum Domine (7 de octubre de 2004) Spiritus et Sponsa...
Viudo el Regente y viuda la marquesa se unieron m facie ecleaicR ambas viudedades, y empezó el de Arredondo á mane- jar como propia la ingente fortuna de las dos niñas herederas de Apesteguía.
En cuanto a los opuestos que no permanecen, se dicen de ambas maneras: decimos «esto llega a ser de esto» y también «esto llega a ser esto»; así, «del a-músico llega a ser el músico» y también «el a-músico llega a ser músico».
Y sonrió con aire de triunfo, sentose entre los poetas, y repitió maliciosamente: -¡Qué noche! -Nocte pluit tota: reddeunt espectacula
mane -exclamó Borcivogo.
Pedro Antonio de Alarcón
Ego sum abbas Ego sum abbas Cucaniensis et consilium meum est cum bibulis, et in secta Decii voluntas mea est, et qui mane me quesierit in taberna, post vesperam nudus egredietur, et sic denudatus veste clamabit: Wafna, wafna!
El asombro, la cólera y la estupefacción de Baltasar al ver el Mane- Thecel- Phares no podrían compararse con la fría rabia de Grandet al ver que su sobrino ocupaba el corazón y los cálculos de su hija, cuando ya no se acordaba él siquiera de su desgracia.
Madre del Rey de gloria de los çielos Reigna,
Mane de la tu graçia alguna mediçina, Libra de mal porfazo una muger mezquina: Esto si tu quisieres, puede ser ayna!
Gonzalo de Berceo
En un campo de áridas glebas suele suceder que mane el agua filtrada de próximo río; así resurge el amor que parecía extinguido, si no evitamos la compañía de los que aman; pues en este particular todos somos ingeniosos para engañarnos.
Que nunca de tu tronco
mane amargor de llanto, que delante de ti prosterne el leñador de la maldad humana, sus hachas; y que cuando el rayo de Dios hiérate, para ti se haga blando y ancho como tu seno, el seno del Señor!
Gabriela Mistral
Aunque se llame Ambrosia y le mane azufre por el ojo izquierdo, está en estado interesante; y no pare por nada de esta vida, sino desembaraza y se pone a sufrir de nuevo.
Y después otros siglos y luchas, otra vez lo que arrasa y escombra, muchos reinos que surgen y muchas vanidades que caen en la sombra infinita.
Mane, Thecel, Phares.
Rubén Darío
Él solo el Mane, Thezel, Phares, del grande enigma lee: sólo él quien el arcano de la verdad penetra y él quien de luz despuntes en sus tinieblas ve.