El indio la escuchaba silencioso, y sin percibirlo Lucía, iba encendiendo una llama en el apasionado corazón del cacique, llama que fue causa de tan espantosos infortunios tanto para los tiernos y amorosos esposos, como también para toda la colonia. Fue imposible a Mangora seguir contemplando tantos encantos y seducciones, sin quedar locamente enamorado de Lucía.
Creo que te hablé de Eugenia... –¿De la pianista? Sí. –Pues bien; estoy locamente enamorado de ella, como un... –Sí, como un enamorado. Sigue.
La madrina y su marido se encariñaron locamente i or la criatura, disputándose á cuál la mimaba más, y agotando en ella cuanto adquirían para tenerla siempre vestida con esme- rada limpieza y buen gusto.
No hacía más que eso, cambiar de pueblo y toser. Esperaba
locamente encontrar alguna ciudad o aldea en que la gente amase a los desconocidos enfermos.
Leopoldo Alas
¿El Duque ruso que de paso por París vivió más tiempo en la alcoba de ella que en otros lugares y la llevó luego a Petersburgo, de donde volvió rebautizada con apellido de princesa y dueña de las esmeraldas fabulosas y del collar de diamantes, fue quien le educó los sentidos y despertó en ella ese sensualismo sibarítico, que me sedujo desde el primer momento como una fascinación, o su educador fue más bien el perverso poeta italiano de quien se enamoró locamente y a quien colmó de regalos, sin que el vate famélico y complaciente protestara contra aquel papel equívoco de favorito pagado?...
En cuanto al obispo, con las nalgas de Adelaida sobre su nariz y la verga del hombre en su boca, se divertía haciendo lanzar pedos a la joven, mientras Curval, de pie, haciendo soplar su enorme corneta a Hébé eyaculaba locamente.
13 Entonces Samuel dijo á Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios, que él te había intimado; porque ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.
9 Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para corroborar á los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí adelante habrá guerra contra ti.
El ánimo plebeyo y abatido elija en sus intentos temeroso primero estar suspenso que caído; que el corazón entero y generoso al caso adverso inclinará la frente antes que la rodilla al poderoso. Más triunfos, más coronas dio al prudente que supo retirarse, la fortuna, que al que esperó obstinada y locamente.
Pero no fué sólo la ambición el sentimiento que de impro- viso brotara en su alma. También estaba locamente enamorado de ima de sus confesadas, la hermosa Angela, hija de una res- petable familia del Cuzco.
Me tomó del brazo y me condujo a la sala fúnebre; mi llanto era tan copioso como el suyo, pues acababa de comprender que la muerta no era otra sino Clarimonda, tanto y tan locamente amada.
Se manda–
locamente acaso–a los niños hispanoamericanos, a colegios de fama de esta tierra, a que truequen la lengua que saben mal por la extraña que nunca aprenden bien; y a que, –en el conflicto de la civilización infantil, pero delicada que viene con ellos, –y la civilización viril, pero brusca, peculiar y extraña que aquí les espera, –salgan con la mente confusa y llena de recuerdos de lo que trajeron y reflejos imperfectos de lo nuevo que ven, inhábiles acaso ya para la vida espontánea, ardiente y exquisita de nuestros países, y todavía inhábiles para la rápida, arremolinada, arrebatada existencia de esta tierra.
José Martí