Serán unos cocos todas.» Y el padre: «Nada me falta para una vejez dichosa, la iglesia y la plaza cerca, casa y rentas que me sobran.» Y dice el hijo: «Por último, haremos una intentona a ver si las enjauladas son lechuzas o palomas.» Y así el padre y así el hijo distintos proyectos forman, aquél con sus devociones y estotro con sus devotas.
Las calles quedaban solitarias y silenciosas. No se oía más ruido que el de las
lechuzas anidadas en los aleros, o el ladrido de los perros en la lejanía de los alrededores.
Rubén Darío
el cencerro del ganado, aquellos callejones llenos de zarzas, de charcos y bichos venenosos... ¡qué desconsuelo!... Después, de noche, el bufar de las lechuzas, los ladrones... ¡horror!
Los buenos habitantes de Lima se encerraban en casita a las diez de la noche, después de apagar el farol de la puerta, y la población quedaba sumergida en plena tiniebla con gran contentamiento de gatos y
lechuzas, de los devotos de hacienda ajena y de la gente dada a amorosas empresas.
Ricardo Palma
Los árboles crecían muy cerca los unos de los otros, alcanzando algunos los treinta metros de altura, debido a lo cual, en pleno día, debajo de ellos parecía de noche, y todas las lechuzas de la vecindad se refugiaban allí.
Yacen del Tormes a la orilla, ocultos entre ruinas, los restos venerables de un templo, frecuentado en otros siglos por la devota gente salmantina, mas hora sólo de agoreros búhos y medrosas
lechuzas habitado.
Jovellanos
¿Quién te avisó anoche que yo pasaba? -Señor excelentísimo -respondió Escoiquiz sin turbarse-, en mi torre hay
lechuzas. -¿Y qué diablos tengo yo que ver con que las haya?
Ricardo Palma
Los conspiradores entran y salen sigilosamente: sólo alcanzan a verlos los ojos noctámbulos de las lechuzas que dicen su mal augurio en lo alto de la cercana iglesia.
Toda la isla está poblada de extraordinarios animales que muy pocas veces se ven en otras partes, como los longevos ciervos, las inmortales zorras, las divinas lechuzas o las cigüeñas de negro plumaje.
Huya ahora el lobo de la oveja, produzcan doradas pomas las duras encinas, florezca en los olmos el narciso, destile la corteza de los tamariscos espeso ámbar, desafíen a cantar las lechuzas a los cisnes, sea Títiro un Orfeo en las selvas, un Arión entre los delfines.
La música cesó. Las últimas notas las dieron unas lechuzas que tenían su nido en el alero del edificio. Al oir los chirridos de los animaluchos, el viejo Manuel Mendoza comentó: -Esah son lah que han cortao la mortaja paa mi compadre Piedrahita...
Quando le paresen o se les entran en sus casas las culebras y cantar de lechuzas y muchuelos, morciégalos que los llaman tuco, chucic, pacpac, pecpe, chicollom, cayaycuuan.