San Juan Bautista Niño, (1674), Museo de Bellas Artes de Sevilla. Grupo escultórico del Sagrado Lavatorio. Ermita de Dios Padre de Lucena.
La bala. 84. La escopeta. 85. El incensario. 86. Incensario. 87. El lavatorio. 88. El hambre. 89. La aguja. 90. Las palomas. 91. Abel.
8 Mío es Galaad, mío es Manasés; Y Eprhaim es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi legislador; 9 Moab, la vasija de mi lavatorio: Sobre Edom echaré mi calzado; Regocijaréme sobre Palestina.
El Jueves Santo, después de terminados los oficios en la catedral, volvíase el ayuntamiento a Cabildo, y de allí a las cuatro de la tarde, con aviso de haberse concluido ya el
Lavatorio de los doce pobres que representan al apostolado, salía la corporación en esta forma: El Alférez Real, vestido a la española antigua, y montado precisamente en un soberbio caballo blanco, con caparazón de terciopelo carmesí recamado de oro, llevaba en la mano el estandarte de la ciudad.
Ricardo Palma
El cual seguramente si lo recibieran también se les perdonara en aquel admirable lavatorio el pecado con que, por temor de la muerte, negaron a Jesucristo; pues en el mismo lavatorio se les perdone igualmente aquel tan enorme crimen a los que crucificaron a Jesucristo.
–Sí, gracias a Dios la hemos conseguido sacar. –Pero Luciana saltó impaciente, abrió un cajón de
lavatorio y Erdosain sonrió entusiasmado.
Roberto Arlt
–Me levanté y entré, otra vez la puerta se cerró; dejé el dinero encima del
lavatorio, y cuando ella iba a entreabrir su batón, yo la tomé de un brazo y le dije: «No, yo no he entrado para acostarme con vos».
Roberto Arlt
Aquella queja de Cristo al fariseo de la falta del ósculo y lavatorio de pies ¿no se fundó en la costumbre que de hacer estas cosas tenían los judíos?
Cuando entraron, después de atravesar un jardín de granados, el mercader le trajo agua de rosas en un lavatorio de cobre para que se lavara las manos, y melones maduros para que apagara su sed, y un plato de arroz con una porción de cabrito asado para que saciara su hambre.
7 Mío es Galaad, y mío es Manasés; Y Ephraim es la fortaleza de mi cabeza; Judá, mi legislador; 8 Moab, la vasija de mi lavatorio; Sobre Edom echaré mi zapato: Haz júbilo sobre mí, oh Palestina.
Me atajaron en la puerta con un platón de agua tibia; la cocinera me paró en medio del humeante baño sin que yo tratara de hacer resistencia; quitóme la inmunda camisa, y así hecho un Adán automático, principió el
lavatorio ayudada de unas señoras.
Tomás Carrasquilla
Con inocente coquetería se alisaba el pelo ondulado y se miraba en el espejo de tres lunas, cerciorándose de que las señales de las lágrimas se habían borrado del todo, después del
lavatorio con colonia y el ligero barniz de velutina.
Emilia Pardo Bazán