A pesar de que su propósito era convertirse en el principal canal comercial de Francia, la privatización de TF1 (líder de audiencias) y la fuerza de la televisión pública lastraron el share de La Cinq.
En aquel momento el área seleccionada era un yermo silvestre densamente poblado de arbustos, helechos e hierba "tussocky grass" (Themeda australis). Las dificultades con el sitio y los problemas con la financiación lastraron los primeros años.
Esa temporada, el equipo se vio sumido en problemas extradeportivos, Brad Miller y Ron Artest sufrieron lesiones que los lastraron a lo largo de la temporada, además, Brad Miller, Jamaal Tinsley y el propio O'Neal sufrieron pérdidas familiares.
Los partidos estatales, así como la opinión pública que sintonizaba con ellos, vivieron en unas condiciones de desventaja y de precariedad democrática, que lógicamente lastraron sus posibilidades de arraigo social.
Pero la siguiente temporada fue mucho más desafortunada, las lesiones le lastraron, pero eso no impidió que volviera a batir su récord de puntos, al anotar 44 puntos contra Utah Jazz.
Así mismo, enviaron al veterano pívot Nazr Mohammed a Oklahoma City Thunder por DJ White y Mo Peterson. Sin embargo, las continuas lesiones de Wallace y Tyrus Thomas lastraron mucho al equipo, que acabó con un global de 34-48.
Tras varios años compitiendo al máximo nivel sin sufir lesiones graves, en 1996 comenzaron los problemas, que lastraron su carrera durante las siguientes temporadas.
En su nuevo equipo se confirmó como uno de los mejores laterales izquierdos de la competición, pero las lesiones le lastraron continuamente.
La temporada 2011-12 comenzó con muy buenas sensaciones para los Wolves, con el liderazgo de Kevin Love y la irrupción de Ricky Rubio que se destapó como uno de los mejores rookies del año; sin embargo, la inoportuna lesión de Rubio en marzo de 2012 contra Los Angeles Lakers y las lesiones de importantes jugadores como Michael Beasley o Nikola Peković lastraron mucho al equipo, que acabó con un 26-40 y fuera de playoffs.
La marcha de sus principales figuras y la crítica situación económica lastraron el rendimiento deportivo del equipo azulgrana durante el mandato de Llaudet.
Fue el final de unos duros años en los que ni los problemas económicos ni las turbulencias sobre el césped lastraron un sentimiento eterno.
A primera vista, destacaban un alerón delantero más elevado y sin el "morro de pato", pontones algo más estrechos y unos escapes revisados. El F138 comenzó la temporada mostrando rapidez, pero ciertos problemas lastraron sus resultados, claramente irregulares.