Pero ¿y si Antonio el Lamparones, que estaba por ella que bebía los vientos, se aprovechaba de la ocasión, y Lola, rabiosa, aunque no fuera más que por vengarse, lo admitía y se casaba con él?...
Hijo mío, los ginoveses son
lamparones del dinero, enfermedad que procede de tratar con gatos; y véese que son
lamparones porque solo el dinero que va a Francia no admite ginoveses en su comercio.
Francisco de Quevedo
El frac de Iván Yákovlevich (porque Iván Yákovlevich jamás usaba levita) ostentaba tantos lamparones parduzcos y grises que, a pesar de ser negro, parecía hecho de tela estampada; además tenía el cuello lustroso de mugre y unas hilachas en el lugar de tres botones.
Siente compasión por el miserable animal. La enfermedad se extiende desde los párpados hasta la cola, en una serie de
lamparones rojos y negros.
Yamandú Rodríguez