Ningún espectador podría olvidar nunca aquel espectáculo, y Ammi se quedó mirando estúpidamente el camino que habla seguido el color hasta mezclarse con las estrellas de la Vía Láctea.
Hay en acecho una mano dentro del tembladeral; y la supersustancial vía
láctea se me finge la osamenta de una Esfinge dispersada en un erial.
Julio Herrera y Reissig
Y vibraba la mente, y vibraba el espíritu, y vibraba el cuerpo; Rosario María se entregaba a la grandeza humana para ser alguien que pudiera dar: dar una palabra, dar una sonrisa, dar el misterioso encanto de una sabiduría que descubriera en la oscuridad de la noche, la vibrátil devoción de la Vía láctea.
Sólo QUETZALCOATL, el de los plumajes preciosos de la inteligencia creadora y el viento, la Vía Láctea, el amor y sus placeres y el TEOTL omnipotente, nuestro señor sin cuerpo concreto, XIPETOTEC, desnudo de piel, sin forma, invisible, despojado de apariencia, miraban ansiosos hacía el oriente.
Luego, TEZCATLIPOCA se echó a volar perseguido por QUETZALCOATL y en su vuelo fueron desplegando centenares de estrellas que se convirtieron en la Vía Láctea, ese camino nebuloso que vemos en las noches claras por la esfera azul del cielo, es decir, en la lengua que hablaban nuestros antiguos abuelos toltecas: MIXCOATL, serpiente de nubes.
TEZCATLIPOCA bien que sabía de las pasiones del amor, pues en cierta ocasión se había enamorado con tal fuerza de XOCHIQUETZAL, la dadora de las hermosas flores cósmicas y arrebatándosela a la lluvia fecundante de TLALOCTLI, la quiso para sí y se la llevó a su paraíso de estrellas y de espejos, el TAMOANCHAN, ubicado en la Vía Láctea, más allá del espacio que vemos; donde la convirtió en la adornadora de los amores y la usó para controlar a los hombres y a las mujeres con el fin de que no avanzaran más hacia la perfección y sólo se reprodujeran como animales, pues XOCHIQUETZAL constituía un peligro para su imperio, si se unía con QUETZALCOATL.
Habría andado interminables tierras, guiándose por el chorro de estrellas de la Vía
Láctea, y visto caer a su lado a infinitos compañeros de peregrinación, rendidos al hambre, a la sed, al agotamiento de fuerzas, al fuego del sol devorante.
Emilia Pardo Bazán
Sonidos negros detrás de los cuales están ya en tierna intimidad los volcanes, las hormigas, los céfiros y la gran noche apretándose la cintura con la Vía
láctea.
Federico García Lorca
Las estrellas vertían su luz escasa, y sobre el cielo profundo nuestros ojos contemplaban como una bruma ligera, la brillante vía
láctea, ......suspiró.
José Asunción Silva
Pero era noche cerrada, glacial, límpida; en el cielo, de un azul sombrío, centelleaba el joyero de los astros del hemisferio Norte; los cinco ricos solitarios de Casiopea, el perfecto broche de Pegaso, que una cadena luminosa reúne a Andrómeda y Perseo; la lluvia de pedrería de las pléyades; la fina corona boreal, el carro de espléndidos diamantes; la deslumbradora Vega, el polvillo de luz del Dragón; el chorro magnífico, proyectado del blanco seno de Juno, de la Vía
Láctea...
Emilia Pardo Bazán
LXV Apenas confundió la sombra fría nuestro horizonte, que el salón brillante nuevo epiciclo al gran rubí del día, y de la noche dio al mayor diamante; por
láctea después segunda vía, un orbe desató y otro sonante astros de plata, que en lucientes giros batieron con alterno pie zafiros.
Luis de Góngora
La Láctea Vía, que con luz taciturna centellaba y al orbe en ancho círculo envolvía de brillantes escamas, semejaba la infinita, simbólica serpiente que se está devorando eternamente...