Seguía a la Reina de los Ángeles el
jumento que le había servido de cabalgadura durante el viaje y en aquella cueva hallaron un manso buey, dejado ahí probablemente por alguno de los caminantes que había ido a buscar hospedaje en la ciudad.
La Madre María Ignacia
Así hizo al fin, y, porque dar respuesta no pudiese a la argucia antes urdida, lo dejamos sin armas ni caballo y aquí vengo con ella, y aquí os hallo.» Podría haberse jactado que un tal cuento era historia falaz pero engañosa, y que a excepción de hurtar arma y jumento no había cosa en ella a él dañosa; si no hubiese adornado el argumento tanto que la volviese sospechosa: creíble en todo es, mas no que arguya que aquella mujer es hermana suya.
Todo esto me protege a maravilla; y así, desechado el temor, cobra aliento el ánimo; y véase cómo se propone entrar a paso firme por donde antes temblaba, confiado, ¡Oh, Cristo!, en tu gran poder; pues Tú, que diste al jumento que hablase con palabras de hombre, puedes conceder al hombre que hable en términos convenientes.
Éste ni quiere abrir los ojos ni que se los abran, ni ve a el ángel ni le puede ver. No conoce, para su ruina, que la inobediencia de un
jumento libra de la muerte a un profeta.
Francisco de Quevedo
Acudió el gitano por testigos, y trujo a los que habían cobrado la alcabala del primer
jumento, y juraron que el gitano había vendido al labrador un asno con una cola muy larga y muy diferente del asno segundo que vendía.
Miguel de Cervantes Saavedra
Había en la entrada, clavado sobre la arena, un hueso de ballena, atado a él un jumento lanoso y viejo, al lado una tortuga, pesada como matrona reflexiva y en todas partes un perro pelado y celebrafiestas, y dos gaviotas gritonas.
Llovieron los audaces golpes de mano. Ni en cercado, ni en dehesa, hallábanse jumento, potro o mula seguros. Por cima de vallas y guardianes abríase el gitano paso.
Al oso le encargó de los asaltos; Al mono con sus gestos y sus saltos Mandó que al enemigo entretuviese; A la Zorra que diese Ingeniosos ardides al intento. Uno gritó: «La liebre y el
jumento.
Félix María Samaniego
En mayo, los animales más ilustres (el caballo, el
jumento, el buey, etc., etc.), dejan su acostumbrado pienso, y toman a todo pasto forraje verde: lo mismísimo que las personas del Mediodía de España, para quienes principian también en este mes las grandes ensaladas y los gazpachos.
Pedro Antonio de Alarcón
Manía que tiene, naturalmente, su nombre psicológico. (Oyese a lo lejos el rebuzno de un asno.) ¡Ah el maldito
jumento lunático! Creo que le arrancaría las orejas con gran placer, a pesar de su bondad específica.
Leopoldo Lugones
Pues, Señor, quien buscare o se persuadiere que entre estos malditos ha de haber uno siquiera que haga bien no perderá sólo el tiempo, sin duda se perderá, pues pierde el respeto al propio Dios no dando crédito a sus propias palabras referidas por Esaía (cap.I) : "Conoció el buey a su dueño y el
jumento el pesebre de su señor, mas Israel no me conoció." Más desagradecidos son los judíos y menos conocimiento tienen que el
jumento ni el buey.
Francisco de Quevedo
El animalito lo recogió alargando el belfo. De pronto apareció un campesino que espantó al
jumento con grandes movimientos de brazos.
Roberto Arlt