Los tres tipos de rayos proceden de la luz del sol, pero la capa de ozono, que funciona como pantalla frente a los de longitud de onda inferior a 290 nm y que son los más ionizados (los UVC), provoca que a la Tierra solo lleguen los rayos UVA y UVB.
Cuando los compuestos llegan al detector, por ejemplo por elución desde una columna de cromatografía de gases, son bombardeados por fotones de alta energía y son ionizados cuando las moléculas absorben luz UV de alta energía.
Estos mismos átomos ionizados también capturan electrones y en ese proceso se genera luz (por eso el Sol brilla, y brilla el fuego, y brillan los plasmas de los laboratorios).
En la atmósfera solar, una gran parte de los átomos están permanentemente «ionizados» por estas colisiones y el gas se comporta como un plasma.
La capa más externa del Sol, la corona, está tan caliente que no sólo están ionizados todos sus átomos, sino que aquellos que comenzaron con muchos electrones, tienen arrancados la mayoría (a veces todos), incluidos los electrones de las capas más profundas que están más fuertemente unidos.
En esta época, muy pocos átomos son ionizados, así que la única radiación emitida es el spin de 21 cm de la línea del hidrógeno neutro.
Estos compuestos son tensioactivos potentes por el carácter anfipático de sus moléculas, formadas por dos partes: Parte polar o hidrófila: La presencia de los grupos sulfonato, SO 3 -, ionizados y con carga negativa, hace que esta parte de la molécula sea soluble en agua.
En concreto, Bowen demostró que las longitudes de onda atribuidas al supuesto nebulio podían ser emitidas por átomos de oxígeno doble y triplemente ionizados, así como por átomos de nitrógeno doblemente ionizados, aunque esto sólo puede ocurrir en la nebulosa bajo extrañas condiciones, en regiones donde la colisión entre átomos sea poco frecuente.
Sin embargo, Bowen no creía en la teoría del nebulio, y más tarde demostró que el espectro verdoso se originaba debido a la radiación que emitían los átomos ionizados de oxígeno y nitrógeno al pasar hacia niveles de menor energía.
En la formación de una micela de jabón en agua, las moléculas de jabón (una sal de sodio o potasio de un ácido graso) se enlazan entre si por sus extremos hidrófobos que corresponden a las cadenas hidrocarbonadas, mientras que sus extremos hidrófilos, aquellos que llevan los grupos carboxilo, ionizados negativamente por pérdida de un ion sodio o potasio, se repelen entre si.
"En dicha acción se liberan neurotransmisores" ionizados con base química, cuya cancelación de carga provoca la activación de receptores específicos que, a su vez, generan otro tipo de respuestas químico-eléctricas.
Su descubrimiento era contrario a la idea que prevalecía en ese momento de que los gases atmosféricos eran aislantes (que lo son en cierta medida, o al menos no muy buenos conductores cuando no están ionizados).