Herido en el tobillo derecho por puntiaguda piedra que le tiró Piroo Imbrásida, caudillo de los tracios, que había llegado de Eno —la insolente piedra rompióle ambos tendones y el hueso—, cayó de espaldas en el polvo, expirante tendía los brazos a sus camaradas cuando el mismo Piroo acudió presuroso y le envasó la lanza en el ombligo: derramáronse los
intestinos y las tinieblas velaron los ojos del guerrero.
Homero
Y cuando, a la cuarta vez, quiso doblar y romper la lanza de fresno del Eácida, acercósele Aquileo y con la espada le quitó la vida: hirióle en el vientre, junto al ombligo, derramáronse los
intestinos, y las tinieblas cubrieron los ojos del teucro, que cayó anhelante.
Homero
Pero ni aun así cesó de luchar, sino que le hirió; y éste vino al suelo para no levantarse más; tiñóse el lago con la purpúrea sangre y el ratón quedó en la ribera envuelto en las delgadas cuerdas de sus intestinos.
Dificil es que los pueblos del Sur puedan uniformar sus costumbres y caracter con los del norte: el choque de las pasiones exaltadas serà el fomes dela discordia, y le seràn consiguientes movimientos intestinos, y luego una anarquia, que llorariamos sin perdon, por haber presentado la causa en vez de haber dictado el remedio.
Vocinglero acudió en su auxilio y, acometiendo a Ladrondemigajas, le hirió en medio del vientre: envasóle todo el aguzado junco y, al arrancarle la pica con su robusto brazo, todos los intestinos se desparramaron por el suelo.
8 Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura: con hierbas amargas lo comerán. 9 Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus intestinos.
16 Y matarás el carnero, y tomarás su sangre, y rociarás sobre el altar alrededor. 17 Y cortarás el carnero en pedazos, y lavarás sus intestinos y sus piernas, y las pondrás sobre sus trozos y sobre su cabeza.
3 Luego ofrecerá del sacrificio de las paces, por ofrenda encendida á Jehová, el sebo que cubre los intestinos, y todo el sebo que está sobre las entrañas, 4 Y los dos riñones, y el sebo que está sobre ellos, y sobre los ijares, y con los riñones quitará el redaño que está sobre el hígado.
Por tanto, el 28 de mayo de 1849, dados los inevitables choques intestinos de los realistas y los de todo el partido del orden con Bonaparte, la Montaña parecía contar con todas las probabilidades del éxito.
14 Después ofrecerá de ella su ofrenda encendida á Jehová; el sebo que cubre los intestinos, y todo el sebo que está sobre las entrañas, 15 Y los dos riñones, y el sebo que está sobre ellos, y el que está sobre los ijares, y con los riñones quitará el redaño de sobre el hígado.
En cambio, don Remigio se empeñó en probar mejor vida, y ayudado de un cólico miserere, sin que bastase a su remedio una bala de grueso calibre que le hicieron tragar a fin de que le devanase la enredada madeja de los intestinos, dejó este valle de lágrimas, y a su hija dueña de las Bouzas.
Ayante Telamonio, el primero, hirió a Hirtio Girtíada; Antíloco hizo perecer a Falces y a Mérmero, despojándolos luego de las armas; Meriones mató a Moris e Hipotión Teucro quitó la vida a Protoón y Perifetes; y el Atrida hirió en el ijar a Hiperenor, pastor de hombres: el bronce atravesó los
intestinos, el alma salió presurosa por la herida, y la obscuridad cubrió los ojos del guerrero.
Homero