Reflexiones de Navidad Derrochando insomnios Al maestro con música She loves you Basura en colores Cuando Corazón de barco Tema de Rosario El ogro y la bruja Canción del pinar Duérmase mi amor Y ahora Otro ángel Sueñero El témpano Un discepolín sin arrabal Mirta de regreso No te caigas campeón Sueño de valeriana Todo a mi favor Aquella niña en soledad
Es uno de los poetas en español más representativos de Baleares. En marzo de 2003 abrió su weblog La Telaraña, donde se gestaron sus obras Insomnios y Fuera del Tiempo.
no tardó en nacer el remordimiento. ¡Qué de insomnios pasé! La caída que no lejos de allí tuve fue debida a la turbación de mi ánimo.
se lo dije todo: las agitaciones sordas y extrañas que en mi experimentaba cerca de ellas, el amor, el ansia; los tristes
insomnios del deseo; mis ideas fijas en ella, allá en mis meditaciones del colegio; y repetía como una oración sagrada la gran palabra: ¡el amor!
Rubén Darío
Por mi parte, no podía apartar de mi memoria aquella adorable belleza del palco, sollozando sobre el sofá... — Me creerá -reanudó Padilla- si le digo que en mis
insomnios de soltero descontento de sí mismo la he tenido así ante mí...
Horacio Quiroga
No pegué los ojos en una semana, y era tal la sobreexitación de mi espíritu, que me figuraba que esos
insomnios mortificantes eran un castigo por el robo sacrílego que había cometido, deslizándome al templo de San Ignacio, durante un funeral por el alma de un ciudadano, para mi desconocido, y metídome bajo el chaleco, en varios trozos, la vela de cera clásica, que debía iluminar mis trasnochadas de lectura.
Miguel Cané
Por varios días se encontró en completo estado de turbación, y en sus
insomnios, aquel cerebro fermentado hervía como la almáciga cuando el jugo de la madre tierra la hace reventar.
Tomás Carrasquilla
Urbe nocturna, diurna y diuturna, soledad andante de urdidumbres, muchedumbres sin lumbres nuevas… Urbe lacrada por presentes tránsfugas, y búsquedas prismáticas que enlodan sus pilotes donde erigen su grave pesadez de
insomnios… Urbe larvada, enferma de amibiasis y de humos.
Antonio Domínguez Hidalgo
Vírgenes de Sión, que en la llanura ceñidas de guirnaldas, dais a los soplos de la tarde pura el canto alegre y las flotantes faldas, ¿Por qué la voz que suena en la floresta se cambia en un suspiro? ¿Por qué bajo las galas de la fiesta la palidez de los insomnios miro?
Sabrás que por tí padecen Sustos, congojas y penas, Inquietudes y alborotos, Mil
insomnios y quimeras, Muertes, robos y deshonras Rabia, despecho y afrentas.
Anónimo
El comprimido Grito de guerra remeció los aires; Hervor de multitudes Brotó de entre los bosques más lejanos, El casco del corcel hirió la tierra Con temeroso són; el de los llanos Clamor inmenso repitió la sierra, Y se cernieron con siniestro vuelo Hasta azotar con sus armas alas El verde pabellón de las almenas, Aves en cuyas garras Cuelgan aún anillos de cadenas Que, al chocarse, derraman en el viento Rumor de imprecaciones, Murmullos de tumultos invisibles, Fragmentos de canciones, Y metálicos golpes repetidos Cuyo ritmo se ajusta De un corazón de bronce á los latidos. Al sentirlas cruzar entre las sombras, Lívidos los espectros Que acechan los
insomnios del tirano.
Juan Zorrilla de San Martín
Oh, los juegos con novias de traje a las rodillas, los besos inocentes que se dan a hurtadillas a la bebé amorosa de diez o doce años, y los sedeños roces de los rizos castaños y las rimas primeras y las cartas primeras que motivan insomnios y producen ojeras.