Las
innúmeras ramillas, en verano invisibles por las hojas, destacaban ahora con toda precisión; era un encaje cegador, que brillaba en cada ramita.
Hans Christian Andersen
Que Dios corona a los reyes para que a mundos mejores lleven
innúmeras greyes, mejor que atadas con leyes, sueltas en cursos de amores.
José María Gabriel y Galán
Y Dios manda crecer en copia grande Los peces de la mar y las ballenas, Y poblando la selva y las arenas De
innúmeras feroces alimañas, Hace que dé la tierra a aves y fieras El fruto bienhechor de sus entrañas.
Marcelino Menéndez y Pelayo
¡Blanco e imán de innúmeras miradas sois; a entusiastas gritos hacéis abrirse innumerables labios, y en sublime patriótico alborozo palpitar corazones infinitos!
Siendo ésta nuevamente una afirmación contra la que habrán de elevarse
innúmeras objeciones, someteré aquí al análisis una serie de sueños «inocentes», aprovechando al mismo tiempo la ocasión para mostrar prácticamente la labor de la deformación onírica.
Sigmund Freud
Es la gloria, quimera que el hombre ama, de otro volcán Pocatepelt la llama. ¿Qué fué de las innúmeras legiones que impusieron la ley á otras naciones V ¿Qué de los tronos?
Parecía que hubiesen espolvoreado el paisaje con polvos de diamante, y que grandes piedras preciosas brillasen sobre la capa de nieve. El centelleo hacía pensar en
innúmeras lucecitas ardientes, más blancas aún que la blanca nieve.
Hans Christian Andersen
Si esto fuere espectáculo del mundo, el globo de la tierra ha debido abrir su planisferio, sin perder por ello sus
innúmeras sinuosidades.
Tomás Carrasquilla
I He admirado el hormiguero cuando henchían su granero las
innúmeras hormigas. He observado su tarea bajo el fuego que caldea la estación de las espigas.
José María Gabriel y Galán
Acercóse a cada uno de sus capitanes para animarlos —a Mestles, Glauco, Medonte, Tersíloco, Asteropeo, Disenor, Hipótoo, Forcis, Cromio y el augur Enomo— y los instigó con estas aladas palabras: —Oíd, tribus
innúmeras de aliados que habitáis alrededor de Troya!
Homero
Londres, 11 de octubre Dos meses de vida en la ciudad monstruo, no visitada en mi última permanencia en Europa y de la cual guardaba la confusa impresión recibida, hace once años; dos meses que se han deslizado rápidos entre las innúmeras diligencias que requirió la venta de las minas, y la ansiedad con que esperé inútilmente respuesta a mis telegramas dirigidos a todos los grandes hoteles de Europa; y a las cartas en que solicité en vano de algunas agencias de informes datos acerca del paradero de Scilly y de su hija.
La negra pavesa vuela y aglomerada en un cuerpo solo se densa y forma coge y toma el color 605 y el ánima del fuego: la levedad suya le presta alas, y al principio semejante a un ave, luego verdadera ave, resonó con sus alas: al par sonaron sus hermanas innúmeras, de las cuales es el mismo su natal origen, y tres veces la hoguera lustran y consonante sale a las auras 610 tres veces un plañido, a la cuarta voladura separan sus cuarteles.