En apoyo de esta visión, McCreery destaca la alta correlación que se ha encontrado existe entre los resultados en la escala de Aberración Perceptual de Chapmans que mide la proclividad a las anomalías perceptuales, como es el caso de las alucinaciones, y la escala de Hipomania de Chapmans, que mide una tendencia a episodios de excitación acrecentada.