el relieve, que se logra hendiendo y rebajando ciertas partes del cuero, previamente dibujadas, de modo que resulten figuras de bajorrelieve.
Venid, y hagamos la rueda llamada de los amores (que al aprenderla de niño, nola olvidé desde entonces). las ricas flores hollando, y el aire
hendiendo veloces, el aire con los cabellos, y con las plantas las flores.
Ramón de Campoamor
Atravesaron,
hendiendo por la gente, el espacioso campamento de los aqueos; y llegando al lugar donde fue herido el rubio Menelao; (éste aparecía como un dios entre los principales caudillos que en torno de él se habían congregado), Macaón arrancó la flecha del ajustado cíngulo; pero al tirar de ella, rompiéronse las plumas, y entonces desató el vistoso cinturón y quitó la faja y la chapa que hiciera el broncista.
Homero
Y, si sagaz adivinas lo que el ancho espacio encierra y a los cielos te avecinas, ¡con qué prodigios dominas el mar, el viento y la tierra! Los peligros afrontando, resistencias vas venciendo, ya las olas dominando, ya los montes taladrando, ya los nublados hendiendo.
Día y noche fatigan el remo, surcando los largos recodos que forma el Tíber entre variadas arboledas cuyo pomposo ramaje los cubre, y hendiendo las verdes selvas que se reflejan en la mansa corriente.
Animaos también vosotras: Gozad la estación amable, Que sobrada vida os queda Para devorar pesares. Más rápido que una flecha Que vuela
hendiendo los aires, El tiempo vuela y se muere, Muere el tiempo y no renace.
Manuel José Quintana
A estas voces, Isabela y sus padres volvieron los ojos y vieron que,
hendiendo por toda la gente, hacia ellos venía aquel cautivo; que habiéndosele caído un bonete azul redondo, que en la cabeza traía, descubrió una confusa madeja de cabellos de oro ensortijados, y un rostro como el carmín y como la nieve, colorado y blanco; señales que luego le hicieron conocer y juzgar por extranjero de todos.
Miguel de Cervantes Saavedra
Cuando quiso después, volvió aquella ave, y arrió las alas descendiendo a plomo, como desciende halcón del cielo grave, si ve elevarse un ánade o un palomo. Con lanza en ristre y con estruendo grave hendiendo el aire el mago viene al lomo.
Ora a popa, ora a proa aguija espuelas, siempre con más rigor cruel creciendo; ellos aquí y allá, arrïando velas, virando van, el crespo mar hendiendo.
Tus trenes que cantan en la noche fría hendiendo los aires, su agudo pitazo son los mensajeros de paz y de alegría que el progreso anuncia con su clarinazo.