La denominación de bárbaros (βάρβαρος) proviene de la onomatopeya bar-bar con la que los griegos se burlaban de los extranjeros no helénicos, y que los romanos -bárbaros ellos mismos, aunque helenizados- utilizaron desde su propia perspectiva.
Lo que sí se puede afirmar de ellos, que aun sobreviven, es que su lengua no es griega. Si eso es verdad de la raza pelasga, la nación ática debe haber aprendido el griego al mismo tiempo que fueron helenizados.
Mucho más numerosos fueron los católicos griegos de rito latino, que formaban la mayoría de la población en algunas islas griegas. En gran parte eran descendientes helenizados de comerciantes venecianos, genoveses y amalfitanos.
Durante este período de la historia, la circuncisión judía pidió la eliminación de sólo una parte del prepucio, y algunos Judíos helenizados intentaron aparentar estar incircuncisos estirando las partes existentes de los prepucios.
El sector oeste fue ocupado por la llamada necrópolis de la muralla noreste, enclave funerario de indígenas helenizados en la que predomina el rito de la incineración, aunque también hay inhumaciones.
Repetiría la operación en su hijo pequeño Isaac a los ocho días de su nacimiento. La circuncisión fue objeto de una querella entre helenistas o judíos helenizados y los judíos ortodoxos.
Recibió aun más impulso por la conquista musulmana de Sicilia, pues los griegos y helenizados de esa isla huyeron a Calabria y Apulia.
Dicha expresión fue empleada por los hebreos helenizados (aquellos que habitaban en ciudades de habla griega) mucho tiempo antes del nacimiento de Jesús de Nazaret para referirse al Tanaj o Antiguo Testamento.
Este hecho es ejemplificado también por los nombres helenizados del río Awali, que fue apodado fluvius Asclepius y las arboledas circundantes al templo de Eshmún, conocidas como las «arboledas de Asclepio».
El contexto histórico marcado por exilios, promovió el desarrollo teórico de esta concepción de tiempo (como vida) a través de los sabios cabalistas que llegan a su mayor riqueza filosófica en la estadía en Alejandría que acaba con la vuelta a un pensamiento más radicalizado y teológico de los llamados "maestros de la ley" y la división hebrea entre los "helenizados" y "ortodoxos" que luego encontraría su propio juicio y división tras las invasiones romanas y la posterior bifurcación general entre el pensamiento judeo-cristiano y el desarrollo del judaísmo rabínico, posteriormente perseguido en el medioevo a través de la Inquisición.
La denominación de bárbaros (βάρβαρος) proviene de la onomatopeya bar-bar con la que los griegos se burlaban de los extranjeros no helénicos, y que los romanos —bárbaros ellos mismos, aunque helenizados— utilizaron desde su propia perspectiva.
Asimismo, mientras que los hallazgos de cerámica griega y artefactos pueden ser considerados una buena evidencia de un intenso intercambio entre comunidades griegas y no griegas, tales descubrimientos no permiten una clasificación de los asentamientos como griegos o helenizados.