Ciertamente yo a ti, en medio hallándote del torbellino de la muerte de él te arranqué, y mejor a mi germano perder resolví 150 que a ti, falaz, en ese supremo tiempo faltarte.
Y como, en manos de los alemanes, no expresaba ya la lucha de una clase contra otra clase, el profesor germano se hacía la ilusión de haber superado el “parcialismo francés”; a falta de verdaderas necesidades pregonaba la de la verdad, y a falta de los intereses del proletariado mantenía los intereses del ser humano, del hombre en general, de ese hombre que no reconoce clases, que ha dejado de vivir en la realidad para transportarse al cielo vaporoso de la fantasía filosófica.
Los fieros debeladores de la Europa asombro y pasmo, los fuertes, los invencibles de mil triunfos coronados, de limpio acero vestidos, con oriental aparato, de oro y dominio sedientos, de orgullo bélico hinchados, y teniendo a su cabeza, la sien ceñida de lauros, a Dupont, caudillo experto, duro azote del
germano, ven con desdén y desprecio, como a inocente rebaño que al matadero camina y piensa que va a los prados, una turba que ha dos meses en el taller y el arado, ni cargar una escopeta era posible a sus manos.
Ángel de Saavedra
Junto a la ciudad de Zaragoza, en España, hay familias que viven en agujeros abiertos en la tierra del monte: en Dakota, en los Estados Unidos, los que van a abrir el país viven en covachas, con techos de ramas, como en la edad neolítica: en las orillas del Orinoco, en la América del Sur, los indios viven en ciudades lacustres, lo mismo que las que había hace cientos de siglos en los lagos de Suiza: el indio norteamericano le pone a rastras a su caballo los tres palos de su tipi, que es una tienda de pieles, como la que los hombres neolíticos levantaban en los desiertos: el negro de África hace hoy su casa con las paredes de tierra y el techo de ramas, lo mismo que el germano de antes...
el tipo del antiguo germano y en el brahmín Brahmines : una de las cuatro castas más antiguas de la India a la que pertenecía primero y fundamentalmente la capa privilegiada de los sacerdotes; posteriormente, lo mismo que otras castas indias, abarcaba, además de los sacerdotes, a gente de diversas profesiones y origen social, sin excluir a los campesinos y artesanos empobrecidos.- el tipo del griego antiguo; de este país, cuyos nobles habitantes, aun los pertenecientes a las clases más inferiores, son, según expresión del príncipe Saltykov, " sont plus fisn et plus adroits que les italiens " "Más finos y más diestros que los italianos".
Por el norte de Europa vivían entonces los hunos bárbaros como allí se ve, en su tienda de andar; y el
germano y el galo en sus primeras casas de madera, con el techo de paja.
José Martí
La esposa del germano desde el Danubio al Elba su prole lleva en el sangriento carro de las batallas, por la inmensa selva; ella el muro de barro alza, que el campo de su pueblo guarde; ella entona las místicas endechas cuando, al morir la tarde, la hueste el bosque consagrado cruza; ella el haz de las flechas sobre las aras del Irminsul aguza o en ponzoñosas yerbas lo envenena; para aplacar del cielo los enojos, ella coge la pálida verbena que en tosco altar tributa, y en la noche los míseros despojos de la cruel victoria ella disputa al voraz buitre o a la inmunda hiena.
A la vez que disminuye la galofobia atizada por Crispi y Bismarck, va renaciendo el odio al germano, al enemigo tradicional: la Triple Alianza no impide que el pueblo italiano execre a Francisco José y abomine de Austria.
Justino, hijo del patricio
Germano y primo del emperador Justino, recibe la muerte en Alejandría por conspiración de Sofía Augusta.
Juan de Biclaro
Se le sacaba de la jaula, revolaba por el saloncito azulado, se detenía en la cabeza de un Apolo de yeso, o en la frámea de un viejo
germano de bronce oscuro.
Rubén Darío
O la famosa leyenda del Palacio del Hielo o un amor inédito de Catalina II?... Puedo contarte una escena florentina, un amor en góndola en Venecia, un motivo germano o un cuento turco.
— Era Francia, montaña en cuya cumbre anida el genio humano, la Francia de tu amor, que tambaleaba herida por el hacha del
germano, y arrojando la lira en que cantabas la "Canción de los Bosques y las calles" fuiste a tocar llamada de París sobre el muro ennegrecido en el ronco clarín de Roncesvalles!
Olegario Víctor Andrade