La golpeada se dio cuenta de aquello y se levantó presurosa con los amoratados ojos extra abiertos. Aulló... - ¡Auxilio! ¡Auxilio! ¡Un
gendarme! ¡Un
gendarme! ¡Llamen a la policía! Este desgraciado está matando a mi señor.
Antonio Domínguez Hidalgo
- Con que esas tenemos, ¿No? -El
gendarme musitó, como quien no quiere tanta cosa. Frunció las cejas, sacó el garrote y dijo al caballeroso en tono de las puedo todas: - ¡Camínale bravucón!
Antonio Domínguez Hidalgo
Como en el caso de usted no cabe apelación sino queja ante el Tribunal Superior le ad- vertimos, cristiana y caritativamente, que tendrá que enredar- se y desenredarse en ese papel sellado que es su cócora ó pesadilla, amén de que, en estos tiempos de pobreza francis- cana, tendrá que gastar muchos realejos en escriba y fariseos; y por fin de fines tendrá usted que jurar, conducido al juz- gado i or un gendarme; y si aun persistiere en resistir irá á chirona, por desacato á la magistratura.
Quiero mencionar que el gendarme Bordón ganaba 4.100 pesos, el gendarme Delgado 2.800 pesos, el gendarme García, Elías Jacobo, 3.707 pesos; y el gendarme Vilca, Federico Ismael, 2.991 pesos.
Ciertamente no hay nada atractivo en una mujer
gendarme, en una mujer alejada de la dulce misión de su sexo para empuñar el látigo de la opresión; en una mujer huyendo de su graciosa individualidad femenina para vestir la hibridez del hombrunamiento.
Práxedis G. Guerrero
---- Al espectáculo repugnante de la mujer-
gendarme, se da el nombre de feminismo; siendo ese deplorable hombrunamiento lo contrario de la idea que expresa ese vocablo moderno.
Práxedis G. Guerrero
Así es como a la sombra del poder, con su protección y su complicidad, y frecuentemente a sus espaldas, por falta de intervención, se desenvuelve la propiedad privada, o por mejor decir, la clase de los propietarios; éstos concentran poco a poco en sus manos los medios de producción, las verdaderas fuentes de vida, agricultura, industria, comercio, etc., concluyendo por constituir un poder que, por la superioridad de sus medios y la multiplicidad de intereses que abraza, llega siempre a someter, más o menos abiertamente, al poder político, o sea el gobierno, para hacer de él su
gendarme.
Errico Malatesta
Los de atrás protestaron ante esa arbitrariedad. - ¡A la cola! ¡A la cola!. - ¡Llamen al
gendarme! - ¡Que se forme! ¡Uno está formado desde hace una hora...!
Antonio Domínguez Hidalgo
Pero Cavaignac no era la dictadura del sable sobre la sociedad burguesa; era la dictadura de la burguesía por medio del sable. Y lo único que por ahora necesitaban del soldado era el gendarme.
Cuando ya estuvimos como el gallo de Morón, entróle una tricornitis de allende el Pirineo, enfermedad que de poco convierte nuestra nacionalidad en gendarme francés.
¡Valiente majestad la de esos pergaminos viejos que cualquier revolución quema en la plaza pública aventando las cenizas para siempre! Una ley que necesita del gendarme usurpa el nombre de ley.
Aun con el sufragio universal, y, hasta podríamos decir: sobre todo con el sufragio universal, el gobierno ha continuado siendo el
gendarme de la burguesía.
Errico Malatesta