No debe nadie maravillarse de que en aquellos siglos, to- mase la sociedad muy á pecho los enjuagues de un capítulo frailesco: pues, si no miente el duque de Frías, hasta los san- tos en cierne se empeñaban con Dios para el triunfo del candi- dato de sus simpatías.
Si parló la pastorcilla, Huelguese con quien parló. Dícese que porque, etc En frailes el parentesco Es una cosa olvidada, Porque no repara en nada Quien se viste de frailesco.