Siguióle un plato de ternera mechada, que Dios maldiga, y a éste otro y otros y otros; mitad traídos de la
fonda, que esto basta para que excusemos hacer su elogio, mitad hechos en casa por la criada de todos los días, por una vizcaína auxiliar tomada al intento para aquella festividad y por el ama de la casa, que en semejantes ocasiones debe estar en todo, y por consiguiente suele no estar en nada.
Mariano José de Larra
La muerte del prójimo, en no siendo digna de la Agencia Fabra, ¡qué poco le importa al mundo! Y tosía, tosía, en el silencio lúgubre de la
fonda dormida, indiferente como el desierto.
Leopoldo Alas
Ahí están las lonjas de ultramarinos, donde creo que lo que menos se vende es de ultramar, y ahí está Lorencini, donde existe el letrero de botillería y la muestra de pasteles. Sólo una
fonda ha habido, y para eso ya no es, en que el nombre conviniese con el objeto, y era la del Grande Océano.
Mariano José de Larra
Junto a ella, un almacén de fruta fresca y podrida; luego la huevería "Para huevos los míos"; (¡Jo, jo, jo, jo!), la pulquería "Pior es nada", en la que se expende el pulque pulquérrimo del barrio y la más pobretona
fonda de la calle, pero la más concurrida por lo barato de sus antojos.
Antonio Domínguez Hidalgo
Mucho, mucho se estimaban Álvarez y Pérez, a quienes llamaremos así por guardarles el secreto, ya que ellos nada de lo sucedido quisieron que se supiera en la
fonda.
Leopoldo Alas
En la fonda de seis reales sin principio en que hubo de acomodarse, encontró un filósofo cejijunto, taciturno y poco limpio que dormía en su misma alcoba, la cual tenía vistas a la cocina por un ventanillo cercano al techo...
La mujer vivió más: dos o tres años. Murió en un hospital, que prefirió a la
fonda; murió entre Hermanas de la Caridad, que algo la consolaron en la hora terrible.
Leopoldo Alas
No sabía el caballero que ya no se encontraba en la posada, con honores de fonda, ni una habitación disponible; juzgaba cosa fácil tener albergue en la pequeña población.
Por muerte de don Juan Fermín, recayó el título en su pri- mogénito don Juan Fulgencio que era, en lo físico, un feo con efe de fonda de chinos, y en lo moral un candido de los de som- brero con cuña.— ¿Qué se vende en esta tienda?— Cabezas de borrico, contestó amostazado el mercader.— Si la de usted es la de muestra, no compro, y sigo mi camino.— El cuentecito podría aplicársele al de Torre-hermosa.
Dos o tres relojes de la ciudad cantaron la hora; solemnes campanadas precedidas de la tropa ligera de los cuartos, menos lúgubres y significativos. También en la
fonda hubo reloj que repitió el alerta.
Leopoldo Alas
Y en el vaivén sutil de la nave, el comedor adquiere un nuevo brío, se ha vestido casi de "Fonda", para celebrar con el amigo Llegando así los comensales, a amainar aquí el olvido; encontrándose con la nostalgia, de aquel Chile que ha perdido.
¡Habrá ocurrencia singular! ¿Si querrán hacer de una
fonda un pequeño epítome de historia o un diccionario biográfico? Si siquiera hubieran puesto algún cuadro que representase la mesa opípara de un Elio-Gábalo1, con su nombre como para presidir al buen gusto, al lujo y profusión de la comida, convengo en que no era salirse de camino; y confieso, que cuando vi todo aquel aparato histórico sospeché que me iban a dar una comida muy erudita y llena de alusiones históricas y rasgos filosóficos; pero nada de eso: me la dieron tan prosaica y vulgar como en las demás fondas.
Mariano José de Larra