La oscilación de una lámpara trajo a Galileo la idea del péndulo; la caída de una manzana sugirió a Newton su teoría de la atracción; la vibración de la voz en el fondo de un sombrero de copa, inspiró a Edison el
fonógrafo; sin los estremecimientos de una rana moribunda, Galvani no habría apreciado el poder de la electricidad, inventando el telégrafo; y por fin, sin una hoja de papel arrojada casualmente en la chimenea y ascendente aquella por el humo y el calórico, no habría Montgolfier inventado en 1783 el globo aerostático.
Ricardo Palma
El motivo fué cierto juego de comedor que míster Hall no tenía aún, y su
fonógrafo fué quien le sirvió de anzuelo. Candiyú lo vió en la oficina provisoria de la Yerba Company, donde míster Hall maniobraba su
fonógrafo a puerta abierta.
Horacio Quiroga
Y así, es muy natural que ante el teléfono, el fonógrafo y otros aparatos que le dicen ser invención de Edison —aunque en rigor sólo en parte lo sean de este diestro empresario de invenciones técnicas— se imaginen que el tal Edison es el más sabio y más genial de los físicos hoy existentes e ignoren hasta los nombres de tantos otros que le superan en ciencia.
-¿Y qué le ha dicho a usté por la ventana? -Pos me ha dicho que no quiée golver a verlo a usté ni en armíbar, ni golver a oír er metal de su voz ni en fonógrafo.
En las noches de luna iban a un paseo desierto de las afueras, y tomadas de las manos, con los párpados entornados de deliquio evocativo, se ponían a canturrear lejanas musiquillas escuchadas al fonógrafo.
Míra; si con los sobrinos te pones así, ¡con los hijos habrá que hacerte rancho aparte!". El le soplaba al oído a la niña, y la niña iba repitiendo como un
fonógrafo: "Madre cursilona...
Tomás Carrasquilla
ni que necesitemos del ferrocarril o del
fonógrafo cada veinticuatro horas como de algo indispensable para la existencia, sin cuyo auxilio podríamos perecer.
Vicente Blasco Ibáñez
Sintió elevarse. Colocó un disco en el
fonógrafo y una extraña música empezó a apreciarse. Era como una melodía infantil y atávica.
Antonio Domínguez Hidalgo
Le exigirán la innoble faena de desembuchar, si la suerte le ayuda y el terror no le paraliza, algo de los millares de palabras sin sentido que devoró durante las últimas noches en vela, espoleado por la prueba próxima; le exigirán un cerebro bastante blando, bastante pasivo, bastante resignado para que los tipos de imprenta, al modo del hierro candente en el anca de la res, hayan dejado auténtica la marca del dueño; le exigirán que sea fonógrafo, y si funciona bien, los señores del tribunal firmarán que el fonógrafo sabe matemáticas, historia, química, literatura.
Pero sin duda esto es una evolución que apenas debe sorprenderle: ustedes tenían el fonógrafo, y sus posibilidades eran lo bastante patentes desde el principio.
Asombrábame, cual se asombraría el
fonógrafo si fuese consciente, de notar cómo me subían a la boca y se me salían por ella a borbotones las mismas palabras de mis doctores y maestros.
Emilia Pardo Bazán
No sólo un repetitivo folleto, un tríptico, una antología, una monografía trillada o una exposición común Una asignatura que debía ser ágil, fluida, capaz de despertar el ansia de vivir en los chicos y chicas se la encierra en una concepción escolar aún del Medioevo: el catedrático habla y explica para que el alumno solamente repita después como fonógrafo, aunque se insista en las prácticas sociales del lenguaje.