La llevó a una grande fogata que tenían encendida en aquella casa, y con fervor de espíritu se desnudó por completo, se echó junto al fuego sobre el suelo ardiente y la invitó a ella a desnudarse y tenderse también en una cama tan munida y hermosa.
-Esta es la última, Andrade -me decía yo mismo-, habías escapado de tantas y venís a entregarte en este arenal del infierno... La fogata ardía, ardía.
-En la Sonámbula han puesto trabajo de nuevo -dijo un apiri colocándose una mano al lado del ojo para que el fulgor de la fogata no le impidiera ver a lo lejos.
Estábamos sentados ante una fogata; dos ladrillos atravesados a cada lado de le chimenea impedían que se quemara demasiado carbón.
Nadie contestaba. Gritaron entonces, alimentaron la fogata y por fin oyeron claramente el chasquear de los remos, y las voces cerca de la orilla.
-Pos lo que ha conseguío además de aliviarse de eso amargo que tú dices, es que por fin ese velero tire el ancla en su bahía, porque ahora la Dolores está con él que echa más chispas que una fogata por lo del jabeque en el perfil y con razón...
Al rojizo resplandor de una
fogata que proyectaba las sombras de aquel círculo infernal en los muros del templo, había creído ver que algunos hacían esfuerzos por levantar en alto una pesada cruz, mientras otros tejían una corona con las ramas de los zarzales o afilaban sobre una piedra las puntas de enormes clavos de hierro.
Gustavo Adolfo Bécquer
Ni los ludibrios fúlgidos de algún cuerpo túrgido. No recordaba la sutil caverna recibiendo mi fogata ardiente ni los momentos del impulso último del maremoto que se viene.
No sé que soledad nos separaba… cuando dimos un alto a la fogata 22 Abrí los ojos al bostezar del mundo entre aires frescos de solar susurro y vi que todo parecía tan nuevo en la conciencia de mi Adán ligero que resanando los vocablos obvios pude escribir de amor sin una tacha de odio.
La juventud, fogata vigorosa y arrebatadora, en ocasiones no percibe con claridad la misión edificante del hombre sobre la tierra y divaga en sueños irrealizables, sin precisar los fines para los que ella misma ha sido destinada.
Del pértigo a la culata de un barcazo roncador, ñato viejo y rodador a impulsos de una
fogata: Cosquilloso a una ruedita que de atrás un marinero se le prendió a lo carnero, como haciéndole colita.
Hilario Ascasubi
Cada chasquear de las olas, cada silbar del viento les parecía un sonar de quilla o un crujir de vela. Al calor de una fogata, sentados viejos y viejas, muchachos de espantados ojos y mozas que lloraban, pasaron algunas horas más.