Soltó el cadáver y alzó los ojos atónitos, sin llanto, al cielo, que consentía aquella iniquidad... Después, sobre el padre que sufría se destacó el hombre de lucha, pronto a la acometida y a la emboscada, vengativo y
feroz.
Emilia Pardo Bazán
Llamémosla a la ciudad, si queréis, Montenero, y a su tirano, Orso Amadei. Orso era un hombre de su época,
feroz, desalmado, disimulado en el rencor, implacable en la venganza.
Emilia Pardo Bazán
Doña Teresa miró a su hija, como para significarle que aquel hombre era mucho menos malo y
feroz de lo que él creía, y se halló con que Angustias seguía sonriéndose con exquisita gracia en señal de que opinaba lo mismo.
Pedro Antonio de Alarcón
En la primera, tras años de lucha feroz, la parte norte del país quedó sumida en la más terrible devastación que figure en los anales de la guerra moderna; acribillada de bombas; sin fábricas, escuelas u hospitales; sin ningún tipo de habitación para albergar a diez millones de habitantes.
-¡Vamos, vamos, Angustias!... ¿Quién dijo miedo? ¡Cara
feroz al enemigo! ¡Tenga usted valor para sobreponerse a esas cosas! -Sabe usted que no me ha faltado hasta hoy...
Pedro Antonio de Alarcón
En tanto el buen Trasón, duque de Marra, que hallarse ansía en tan insigne cita, permite a su escuadrón la acción bizarra y al lauro de la empresa los invita, después que contra aquellos de Navarra ve que Isolier feroz se precipita.
¡Oh, cuántas veces una flor graciosa que al primer rayo matinal se abría, y gloria del vergel la proclamaba la turba de los hijos de la Aurora, y algún tierno amador la destinaba a morir perfumando el casto seno de la más bella y más feliz pastora!, ¡oh, cuántas veces mustia y desmayada no llega a ver el sol, que de improviso la abrasa el hielo, el viento la deshoja, o quizá hollada por la planta impura de una bestia feroz ve su hermosura!
Tanto atendía cada cual su caso, que no atendía nadie caso ajeno. Me volví al grito, y vi que el monstruo graso le arrancaba feroz la piel del seno, y adentro hacía que volviese el paso.
3 Sigo siendo un grito más en los desiertos donde todo lo cambiante se amordaza y prosigo dando tumbos por un mundo que se sabe feroz en bosques de hadas y se oculta en la escopeta donde duerme la bella insolencia de la guarda.
Su heroismo Asombro inspira á la caduca Europa, Y hunde en el polvo al férreo despotismo, Vil traficante con la humana tropa. Feroz Caín desgarra las entrañas De Abel su hermano.
que aplauda mi canto el guerrero, Que aplauda mi canto su estúpida voz, También el poeta se viste de acero, También el poeta combate feroz.
Oid sin interrumpirme, Que hay poco tiempo, señor; Yo ¡necio! con mi secreto Volvime duro, feroz, Híceme en fin un malvado De perversa condicion.