Los ayudaremos...; al fin, nosotros no tenemos hijos..., ni esperanzas... Romana se turbó, bajó los ojos y murmuró, sobando el lindo broche de «
estrás» de su cinturón grana: -¿Quién sabe?
Emilia Pardo Bazán
Coppelius aparecía siempre con un traje color ceniza, de una hechura pasada de moda, chaqueta y pantalones del mismo color, medias negras y zapatos con hebillas de estrás.
Cuando acababa de morder las ondulaciones laterales el último peinecillo de
estrás, sonreía satisfecha, alisando reiteradamente, con la mano larga y primorosa, el capilar edificio.
Emilia Pardo Bazán