Son innumerables las especies que sirven la terapéutica primitiva y absoluta. No dispongo de erudición ni de tiempo para mencionarlas ni clasificarlas.
La Italia, acordándose que fue madre de los romanos, ha producido a Dante, a Galileo, a Miguel Ángel, a Cristóbal Colón, a Filangieri y a Becaria; la Inglaterra, a Shakespeare, a Bacon, a Newton; la Alemania, aquella Alemania, bárbara e inculta, cual nos la dio a conocer Tácito, es una fuente fecunda de ideas valientes, de erudición profunda, de crítica eminente; y la Francia, colocada como centinela avanzada del mundo intelectual, no permite que una sola idea se pierda o desvirtúe, de cuantas emiten los hombres de todos los climas, en todos los idiomas.
Y los secretos de los extraños días se funden con los secretos de las profundidades; se funden con la oculta erudición del viejo océano, y con todo el misterio de la primitiva tierra.
Enrique lamentaba no tener tanta erudición como para saber el origen de ese misterio que se le clavaba ya como una ortiga en el cerebro o como un arenisco en la piel.
Tal vez las inutilidades y los vacíos existenciales que se dan en las sociedades en desorden o desorganizándose, y que generan un estilo de vida picaresco, produzcan el hambre de chismes: no se requiere gran esfuerzo; simple “ cultura ” obvia; tampoco grande erudición ni investigación acuciosa; aunque el chismoso haga gala de su degradada y trivial sabiduría.
¿Coser usté? ¡Qué dirían los siete sabios de Grecia! Su papá, que es un bendito, dice que es usted un pasmo de
erudición... ¡Pobrecito!
Vital Aza
A menos que al cabo dé con algún sabio que sepa casi tanto como usté. ¡Y sí que lo encontrará, pues Dios la castigará, de su
erudición en mengua, casándola con un a- cadémico de la lengua!
Vital Aza
Es verdad que nunca lo había visto, pero, dada su vasta
erudición, no tenía disculpa que no supiera que él estaba allí y no le mostrara una cierta deferencia.
Hans Christian Andersen
En cambio, el duendecillo ya no podía estarse quieto como antes, escuchando toda aquella
erudición y sabihondura de la planta baja, sino que en cuanto veía brillar la luz en la buhardilla, era como si sus rayos fuesen unos potentes cables que lo remontaban a las alturas; tenía que subir a mirar por el ojo de la cerradura, y siempre se sentía rodeado de una grandiosidad como la que experimentamos en el mar tempestuoso, cuando Dios levanta sus olas; y rompía a llorar, sin saber él mismo por qué, pero las lágrimas le hacían un gran bien.
Hans Christian Andersen
El mestizo autóctono ha vencido al criollo exótico. No hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza.
¿Qué importa que ella sea rica, que tenga muchos litereros, que traiga costosas arracadas, que ande en ancha y costosa silla, pues con todo esto es un animal imprudente, y si no se le arrima alguna ciencia y mucha erudición es una fiera que no sabe enfrenar sus deseos?
Con menos culto público que hubiera tributado á Venus y con un poco más de consecuencia política, Larriva habría alcanzado, por su talento y erudición, á ocupar los más al- tos puestoc del Estado.