Los padres miraban con angustiosa ternura hacia sus hijos, y, casi paganos, los encomendaban al dios de las batallas, única divinidad que por entonces se dejaba sentir más a las claras.
Entonces, empezando por largar el chaquetón y por vestirse la levita de paño fino, y por echarse el gran reló y la no pequeña cadena de oro, y hasta el odiado sombrero de copa, como hombre a quien se encomendaban intereses cuantiosos con absoluta confianza, revestíase de formalidad y desaparecía casi por completo de la escena en que le hemos estudiado.
La mera reproducción o la imitación de modelos ajenos, verificada de acuerdo con fórmulas estereotipadas que prohibían toda señal de espontaneidad e independencia y que encomendaban al maestro o maestra una dirección rigurosa e inflexible del trabajo en su forma externa; no puede servir ya para desarrollar un estilo personal y pleno de vida en la niñez escritora.
Las muchachas casaderas más se
encomendaban al uno que al otro, prefiriendo el noviazgo aunque fuera en ilusión, que la entrada al cielo poniéndose bien con San Pedro.
Isidoro de María
Era forzoso escribir al Cardenal Camarlengo, y decidí hacerlo en aquellas horas de monótona tristeza, cuando todas las campanas de Ligura se despertaban tocando a muerto, y prestes y arciprestes con rezo latino
encomendaban a Dios el alma del difunto Obispo de Betulia.
Ramón María del Valle-Inclán
En la batalla de Almansa la victoria se empezó á declarar por el lado donde combatía su regimiento: en la de Almenara él fue uno de los pocos Coroneles que se mantuvieron al lado del Rey, y en la de Villaviciosa todos admiraron su arrojada intrepidez. Las facciones que se encomendaban á su cuidado fueron desempeñadas siempre con prontitud y osadía.
La religión cubría y solemnizaba. Para que les enseñaran « las cosas de nuestra santa fe católica » encomendaban indios á los aventureros de América.
Conforme pasaban por la Ciudadela, el Capitolio y otros templos, sus amigos rezaban a cada dios cuya estatua o santuario veían, de modo de encomendaban aquella fuerza con todos los presagios favorables para el éxito y pedían que les devolviesen salvos a su patria y sus familias.
En estos casos, los hombres socioeconómicamente acomodados del país, encomendaban a los eunucos especialmente el cuidado de las mujeres del harén.
La superficie de terreno que hoy se conoce como el pueblo de El Veladero era un lugar donde se concentraban todos los pesebres que servían para descanso, alimentación y abrevadero de todos los animales de tiro, carga y ordeña como eran las mulas, caballos, burros, bueyes y vacas, y la razón principal era que en este lugar existían un pozo que abastecía de agua a la hacienda de San Jerónimo Ometepec que se encuentra a escasos ochocientos metros en la parte más alta de la región, así que por comodidad y cercanía a este pozo se construyeron las fuentes, que servían de abastecimiento de agua para los abrevaderos y para la gente que habitaba en la hacienda, los que les encomendaban las tareas de extracción de agua de pozo y alimentar a los animales.
Próximo a morirse anunció su muerte a los conocidos y devolvió las llaves de la cámara en la que guardaba las riquezas que le encomendaban para que las custodiara.
En 1727 Francisco de Merlo construye un oratorio en el casco de estancia y entronice una imagen de la Inmaculada Concepción que solía estar erigida a un costado del Camino Real del Oeste, en donde los viajeros se arrodillaban y se encomendaban a la Virgen antes de entrar en territorio de los indios pampas, motivo por lo cual la advocación era conocida como Nuestra Señora del Camino.